Antes de las nueve de la mañana, una llamada al 911 interrumpió la rutina. El reporte, lacónico pero urgente, hablaba de un accidente. Un ciclista, se decía, había perdido el control de su bicicleta. La escena que se desplegó minutos después, sin embargo, superó las expectativas del primer aviso.
Cuando los paramédicos de la Cruz Roja llegaron al lugar, frente a la colonia Las Malvinas, solo pudieron confirmar lo inevitable: la muerte de un hombre de 59 años. Se trataba de Alejandro N., un reconocido vecino del sector Virreyes, según confirmaron posteriormente las autoridades.
Las investigaciones preliminares, a cargo de la policía municipal y posteriormente de la policía estatal de investigación, no arrojaron indicios de violencia. "No se le miraban indicios de violencia al ciclista," reportaron fuentes oficiales. El cuerpo de Alejandro fue trasladado para la realización de la autopsia correspondiente, procedimiento rutinario en estos casos para determinar la causa exacta del deceso. El peritaje busca esclarecer si un factor externo contribuyó a la caída o si se trató de una falla médica previa.
La escena, rápidamente acordonada, dejó una marca silenciosa en el bullicioso bulevar. Un recordatorio de la fragilidad de la vida, que a veces se quiebra con la misma inesperada sencillez con la que se monta en una bicicleta una mañana cualquiera.