Este 10 de enero, durante su conferencia matutina, Sheinbaum abordó la compleja situación en Venezuela, específicamente la toma de posesión de Nicolás Maduro. A diferencia de la postura de otros líderes regionales que optaron por la ausencia, la respuesta de la mandataria mexicana fue notablemente más cautelosa. Se limitó a expresar "respeto a la soberanía venezolana" y la necesidad de más información sobre la situación de la opositora María Corina Machado, presuntamente secuestrada.
Esta reacción generó diversas interpretaciones. Algunos analistas la califican como una postura de neutralidad, mientras que otros la ven como una muestra de debilidad, incluso cobarde, en contraste con el discurso de no intervención que México generalmente profesa. La ausencia de una condena expresa a la presunta represión política en Venezuela, y el envío del embajador a la toma de protesta – más como una formalidad diplomática que como una señal de apoyo – abre la puerta a diversas lecturas.
El contexto regional añade otra capa de complejidad. Sheinbaum hizo alusión a la victoria del Frente Amplio en Uruguay como un triunfo para las fuerzas progresistas. Sin embargo, omitió un análisis más profundo sobre el resurgimiento de la derecha en Latinoamérica, incluyendo la influencia de figuras como Donald Trump y las tensiones geopolíticas resultantes. Esta ausencia de un análisis crítico completo deja una narrativa incompleta y genera interrogantes.
La posición de México, en un contexto de reacomodo geopolítico en América Latina, resulta crucial. Se debate si la estrategia de Sheinbaum prioriza la estabilidad a corto plazo, aunque a costa de una posible disminución de la influencia y la credibilidad de México en el largo plazo. La pregunta clave es: ¿Se trata de una estrategia calculada o de una respuesta reactiva ante un panorama internacional cada vez más polarizado?
La situación, sin duda, es compleja y requiere un análisis más exhaustivo que considere las implicaciones a nivel regional e internacional. El desarrollo de los acontecimientos en Venezuela, así como la postura de México al respecto, continuarán siendo objeto de análisis y debate en los próximos meses.