En el contexto de la conferencia matutina del 20 de enero de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó datos que apuntan a una disminución del 78% en los cruces ilegales hacia Estados Unidos. Este descenso se atribuye al programa CBP-1, un acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos, impulsado durante las administraciones de Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden. El CBP-1 permite solicitar citas con autoridades migratorias en línea, evitando el cruce irregular en la frontera.
Sin embargo, la narrativa oficial de un éxito rotundo se enfrenta a un escrutinio más profundo. La propia información gubernamental revela que el número de cruces con cita se está equiparando al de cruces sin cita. Esto sugiere que, si bien el programa facilita el proceso formal, no ha logrado disuadir significativamente la migración irregular. "El programa, aunque eficaz para quienes lo utilizan, no resuelve el problema de raíz," afirma un analista independiente consultado.
Añade complejidad la posibilidad de que el CBP-1 sea desmantelado por la administración estadounidense, como ha amenazado una asesora del expresidente Trump. Esta incertidumbre genera dudas sobre la sostenibilidad del programa a largo plazo. El gobierno mexicano, preocupado por esta eventualidad, promueve la adopción de un esquema similar, recalcando los resultados positivos – un punto que algunos expertos consideran como un sesgo en la presentación de datos.
La falta de datos comparativos con periodos anteriores, y la ausencia de un análisis exhaustivo de las causas detrás de la disminución de cruces (que podrían ser ajenas al CBP-1), genera cuestionamientos sobre la exactitud de la cifra del 78%. Se necesitan:
- Estudios independientes y rigurosos.
- Análisis que consideren factores económicos y sociales.
- Datos comparativos a lo largo del tiempo.