Esta semana, la presidenta Claudia Sheinbaum ofreció una conferencia de prensa abordando el tema de los migrantes repatriados. Su anuncio sobre la expansión del programa “México te abraza”, con la incorporación de nuevos centros de atención en la frontera, además de los tres ya existentes desde 2019, bajo la coordinación de la Secretaría de Bienestar, ha generado un amplio debate.
Se mencionó la entrega de tarjetas para apoyar el traslado y el registro en programas sociales. Sin embargo, la falta de datos concretos –cifras oficiales sobre el número de migrantes repatriados, el presupuesto asignado y la capacidad real de los centros– deja varias interrogantes sin respuesta. ¿Son suficientes los recursos? ¿Se podrá atender una posible afluencia masiva?
La disminución en el número de llegadas a la frontera, atribuida a las políticas de la administración Trump en Estados Unidos, es presentada como un éxito. No obstante, se puede interpretar también como una consecuencia del endurecimiento de las medidas migratorias estadounidenses, lo que pone en perspectiva el impacto real de las acciones mexicanas. La situación nos deja preguntándonos: ¿Qué tanto impacto han tenido realmente las medidas implementadas por México?
Otro punto crucial de controversia es la respuesta del gobierno federal a la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, quien se opuso a la creación de nuevos refugios en su estado. Aunque la presidenta Sheinbaum afirmó una comunicación abierta con la gobernadora, la insistencia en la voluntariedad del traslado de los migrantes y la falta de una solución concreta para Chihuahua deja la puerta abierta a un posible conflicto intergubernamental. Esto subraya la necesidad de una coordinación efectiva entre el gobierno federal y los estatales para afrontar este desafío.
Finalmente, la propuesta de cooperación para el desarrollo y la inversión en los países de origen, aunque es una idea repetida, carece de detalles específicos sobre los planes y los recursos destinados. La mención del Tren Interoceánico como solución para la frontera sur, una estrategia ya empleada en administraciones anteriores, plantea la misma duda: ¿Será realmente efectivo como medida para atacar las causas de fondo de la migración?
En resumen, mientras la narrativa oficial se centra en la asistencia humanitaria, la falta de transparencia, la posible falta de coordinación intergubernamental y la ausencia de una estrategia integral para abordar las causas estructurales de la migración, ofrecen una perspectiva más compleja y matizada de la situación. La posibilidad de un aumento en las deportaciones desde Estados Unidos añade una capa adicional de incertidumbre.