El reporte inicial a la Secretaría de Seguridad Ciudadana hablaba de un accidente común; un percance vial que, a primera vista, no parecía fuera de lo ordinario. Pero la verdad, como suele suceder, se encontraba en los detalles. El protagonista de esta historia, Vidal "N", conducía su motocicleta Italika, negra con roja, modelo 2018, cuando su vida cambió en un instante.
No fue un choque, ni una falla mecánica lo que provocó su caída. La causa fue, según el reporte oficial: "se informó...que un motociclista había atropellado un semoviente y eso provocó que se cayera." Un perro café, un canino de aspecto inofensivo, cruzó repentinamente la calle a la altura de una reconocida metalera de la zona, generando un encuentro inesperado y desafortunado.
La colisión con el perro provocó que Vidal "N" perdiera el control de su motocicleta y cayera al asfalto. La rápida respuesta de las autoridades y los paramédicos de Cruz Roja fue fundamental. Vidal "N" recibió atención médica inmediata en el lugar del accidente.
Este incidente, aparentemente menor, destaca la importancia de la precaución y la imprevisibilidad de los eventos en nuestras carreteras. Un paseo rutinario se convirtió en un episodio que dejó a un hombre herido y a las autoridades lidiando con un caso inusual, donde el "culpable" resultó ser un inesperado protagonista canino.
Hasta el momento, no se ha proporcionado información sobre el estado de salud de Vidal "N" más allá de la atención médica inicial recibida.