Fue una llamada anónima al número de emergencias, alrededor de las 22:00 horas, lo que alertó a las autoridades. Se reportaba un vehículo sospechoso estacionado cerca de la segunda pluma de acceso al centro comercial. Al llegar al lugar, los oficiales de la Policía Municipal se encontraron con una escena escalofriante.
Una camioneta Dodge Durango blanca, modelo reciente, se encontraba con la cajuela semiabierta. En su interior, varias bolsas negras de basura contenían lo que las primeras inspecciones confirmaron: restos humanos. A un lado del vehículo, una narcomanta con un mensaje amenazante completaba el macabro escenario.
La escena fue rápidamente asegurada. Minutos después, arribaron elementos de la Fiscalía General del Estado de Baja California, quienes se hicieron cargo de la investigación. El procesamiento de la escena del crimen, la recolección de evidencias y la identificación de los restos humanos se convirtieron en la prioridad.
La camioneta, ahora evidencia clave, fue meticulosamente revisada en busca de huellas dactilares, ADN y cualquier otro dato que pudiera ayudar a esclarecer el crimen. El mensaje de la narcomanta, aún bajo análisis, podría contener pistas cruciales sobre los responsables y el móvil del hecho. "Los detalles del mensaje aún son confidenciales mientras se lleva a cabo la investigación", comentó una fuente cercana al caso bajo condición de anonimato.
La investigación sigue en curso. Las autoridades trabajan incansablemente para dar con los responsables de este acto de violencia extrema que ha conmocionado a la ciudad. El silencio de la noche tijuanense se vio interrumpido por una escena que, sin duda, dejará una profunda huella en la memoria colectiva.