Ante estas denuncias, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reconoció la existencia de 4,000 trabajadores eventuales, algunos con más de una década en esa condición. Sin embargo, aseguró que ningún empleado perdería su puesto. Pero esta respuesta es insuficiente para los afectados, quienes protestan por sus bajos salarios, que oscilan entre 6,000 y 6,500 pesos brutos, y la incongruencia con el salario de la administradora del hospital, que asciende a 143,000 pesos.
La reportera también cuestionó la información oficial sobre el aumento automático de salarios y basificación de los empleados que se integren al IMSS-Bienestar. ¿Por qué la lentitud en el proceso de basificación? ¿Por qué la falta de insumos y equipos? ¿Cómo se justifica la disparidad salarial?.
La narrativa oficial contrasta con la realidad denunciada por los trabajadores, quienes presentan recibos de sueldo y cartas como prueba. Esta discrepancia genera dudas sobre la transparencia y eficiencia en la gestión del IMSS-Bienestar en Sonora. El seguimiento a este caso y la presentación de pruebas contundentes por parte de los trabajadores son cruciales para determinar si el traspaso al IMSS-Bienestar ha mejorado o agravado los problemas preexistentes.