La incursión militar tuvo lugar en una zona de la ciudad conocida por sus nexos con actividades ilícitas, donde las fuerzas armadas han incrementado su presencia para frenar el tráfico de drogas.
El hallazgo reveló un vasto arsenal de materiales indispensables para la producción de metanfetamina, entre ellos 2 mil 450 litros y 100 kilos de sustancias químicas, así como un reactor de síntesis orgánica y dos condensadores. Este decomiso constituye un duro revés para las organizaciones criminales que operan en la región, mermando su capacidad de producción y distribución de narcóticos.
El Gabinete de Seguridad estima que las pérdidas económicas ocasionadas por esta intervención ascienden a 488 millones de pesos, un golpe financiero significativo para las redes delictivas. La acción militar se inscribe en la estrategia del gobierno federal para erradicar las infraestructuras del crimen organizado en México.
Todo el material incautado fue puesto a disposición de un agente del Ministerio Público de la Federación, quien inició las pesquisas pertinentes por el delito contra la salud. Las autoridades prosiguen las investigaciones para dar con los responsables del laboratorio clandestino y procesarlos ante la justicia.