Taxista frustra extorsión virtual en Guadalajara

El escenario: una tarde cualquiera en la colonia El Dean, Guadalajara. Una mujer de la tercera edad, presa del pánico, esperaba un taxi. No se trataba de un viaje común; llevaba consigo una importante suma de dinero, 24,500 pesos, para realizar un depósito que le habían indicado vía telefónica. No obstante, la angustia era evidente en su rostro.
El taxista, un hombre cuyo nombre no se ha revelado públicamente por cuestiones de seguridad, se percató de la evidente incomodidad de su pasajera. Su nerviosismo y las miradas constantes a su alrededor despertaron sus sospechas. “Vi que estaba nerviosa y volteaba para todos lados…se me hacía mucho dinero para depositarlo en un OXXO,” comentó el taxista a las autoridades.
Su instinto le decía que algo no andaba bien. En lugar de completar el servicio, decidió actuar. Se comunicó con sus compañeros de base y, posteriormente, buscó ayuda en un módulo de la Policía municipal de San Pedro Tlaquepaque ubicado en Miravalle. La rápida respuesta de las autoridades fue crucial.
Los oficiales acudieron al lugar y entrevistaron a la mujer. Se confirmó entonces que se trataba de un intento de extorsión virtual. Los delincuentes, haciéndose pasar por un grupo criminal, la habían amenazado con el secuestro de su hija si no cumplía con sus demandas económicas.
Gracias a la intervención oportuna del taxista y la policía, la extorsión se frustró. La hija de la mujer se encontraba sana y salva en su domicilio. La suma de dinero fue asegurada y puesta a disposición del Ministerio Público.
Este caso, sin embargo, destaca un patrón cada vez más común: el secuestro virtual. Según el coordinador de Servicios de Emergencia y Seguridad Preventiva de Tlajomulco, Carlos Salinas Trevilla, “el 95 por ciento de las llamadas se originan en centros penitenciarios.” Los delincuentes utilizan tácticas de intimidación y aprovechan la vulnerabilidad de las víctimas, muchas veces menores de edad, para lograr sus objetivos.
La estrategia suele incluir la incomunicación de la víctima, seguida de la manipulación emocional de un familiar cercano para obtener el pago del rescate. Una cadena de eventos cuidadosamente orquestada para aprovecharse del miedo y la desesperación.
El incidente en Tlaquepaque resalta la importancia de la colaboración ciudadana y la pronta respuesta de las autoridades para combatir este tipo de delitos. La historia termina con la tranquilidad restaurada y un recordatorio de la necesidad de estar alertas ante estas situaciones.