El descubrimiento de dos cuerpos sin vida dentro de un vehículo en el estacionamiento de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocida como La Lomita, ha estremecido a la ciudad. El hecho, ocurrido la tarde del 24 de abril, ha generado una ola de conmoción e indignación que trasciende las fronteras parroquiales.
La Diócesis de Culiacán, en un comunicado oficial emitido horas después del macabro hallazgo, expresó su más enérgica condena. “Este acontecimiento… vuelve a poner de manifiesto el clima de violencia que persiste en nuestra entidad,” señaló el comunicado, reflejando la preocupación de la Iglesia ante la escalada de violencia que aqueja a Sinaloa desde inicios de septiembre de 2024.
El comunicado, además de lamentar profundamente lo sucedido, lanzó un llamado a la paz y a la conversión: “¡Basta de muerte! ¡Basta de violencia!”, clamó la Diócesis, pidiendo al Señor que toque los corazones de quienes siembran el miedo y el sufrimiento. Se enfatizó la importancia de no dejarse vencer por el miedo o la desesperanza, recordando que “la muerte no tiene la última palabra: Cristo Resucitado ha vencido al mal y nos llama a ser constructores de paz.”
La solidaridad se extendió más allá de Culiacán. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se unió “en oración y profunda solidaridad” con la Diócesis, reiterando el llamado a la paz y la fortaleza en la fe.
Mientras tanto, la falta de información oficial sobre detenciones relacionadas con este horrendo crimen alimenta la incertidumbre y la preocupación. Las autoridades permanecen en silencio, dejando a la ciudad sumida en un clima de tensión y luto.
Se espera que las investigaciones arrojen luz sobre lo sucedido y se pueda dar con los responsables de este acto atroz que ha impactado profundamente la vida de la comunidad de Culiacán.
