Nogales
Albañiles, peones, pintores, plomeros y hasta electricistas, salen a las calles de esta frontera a buscar el pan de cada día para sus familias, desde temprana hora se reúnen en la parte posterior del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la calle Doctor Alejandro Silva H., de la colonia Municipal, donde esperan ser contratados.
Con mano de obra de calidad avalada por muchos años de experiencia en sus oficios, ofrecen su trabajo a precios por debajo de lo promovido actualmente por los contratistas, ya que de otra forma no son elegidos para desempeñarse, pues no dejarían ganancias a quien los requiere.
Con una mochila en la mano en la que cargan sus herramientas como cincel, brochas, niveles de plomo, cucharas, marros, desarmadores y muchas otras más, hombres de diferentes edades se reúnen desde las siete de la mañana hasta el medio día, algunos desde hace más de 10 años.
“Aquí nos reunimos todos los días, llueve o truene incluso en tiempos de frío, seguimos viniendo porque los contratistas ya saben que estamos todos los días hasta los domingos”.
Sentados en la banqueta esperan que algún vehículo arribe y pregunte por algún maestro de la brocha gorda o señor albañil, con el pitido del claxon hasta 30 hombres se levantan y corren a la ventana del vehículo para ser contratados.
Muchos con experiencia en estos andares, se suben al vehículo y le piden al conductor que arranque pues le aseguran que el trabajo que requiera lo saben hacer, pero hay clientes, que ya conocen el trabajo de aquel maestro que buscan y lo llaman por su nombre como es el caso de “Don Chuy”, también conocido como “El Maestro Chambitas” o “El Mil usos de la frontera”.
Aquí todos hemos hecho de todo aparte de nuestro oficio, lava carros, limpia vidrios, incluso papelerito vendiendo periódicos, porque en un mal tiempo podemos durar hasta una semana sin trabajo y pues la familia tiene que comer y si no sale chamba en lo ya conocido se busca de lo que caiga.
Hace algunos años la gente construía mucho, éramos contratados hasta por un mes o dos, en las obras grandes y nuestra economía era estable, pero de hace unos seis años a la fecha las cosas han empeorado mucho, ahora algunas personas nos ven como vagos.
La administración pasada fuimos molestados casi todos los días por Agentes de la Policía Municipal, quienes nos levantaban para ir a lavar las celdas y barrer la subdelegación que está cerca del Santuario, de lo contrario nos encerraban hasta por 36 horas, así que lo mejor era apurarse barrer lavar y regresar al lugar.
Todas las personas que frecuentan dicha área de contratación saben leer y escribir, algunos cuentan con estudios de preparatoria, pero por ende del destino y acciones del pasado, no les es posible recibir una carta de residencia mucho menos la de no antecedentes penales, por lo que aseguran, no obtienen trabajo estable en otro lugar.
Trabajos garantizados, sin duda es lo que encuentra la gente aquí con nosotros, no nos arriesgamos a hacer las cosas mal hechas porque perderíamos credibilidad y con ellos a nuestros clientes, si alguien no sabe hacer el trabajo, no es parte de esto.
Actualmente un maestro, albañil o pintor, cobra aquí 300 pesos y la comida al día, su ayudante 250 o 200 mas la comida, eso es lo que se busca cobrar, pero pues es negociable según el tiempo de contratación señalan.
No contamos con Seguro Social, si nos enfermamos o algún familiar requiere de servicios médicos, buscamos el Seguro Popular o acudimos al Hospital General, donde pagamos por las atenciones en muchos de los casos.
La mayoría somos gente trabajadora, honesta y solo buscamos el sustento de nuestra gente con nuestro trabajo, le pedimos a la comunidad que requiere de dichos trabajos nos tome en cuenta y nos dé la oportunidad de servirles.