Nogales
“La comandante” como se le conoce, desde niña supo lo que de mujer quería ser.
Rosa Guadalupe González Bucio, mejor conocida como “La comandante Lupita” con más de 30 años de servicio en la Cruz Roja de Nogales, sueña con seguir sirviendo a la comunidad.
Originaria de Nogales, Sonora, de 41 años de edad, socorrista de la Benemérita Cruz Roja, desde los 12 años, hoy es comandante y ejemplo de servicio para su familia y compañeros de trabajo.
Casada con César Antonio Madrigal Ochoa, también socorrista miembro del Cuerpo de Bomberos formaron una familia compuesta por tres hijos Karla Erika, Cesar Antonio y Mariana Guadalupe, quienes le han dado la dicha de ser abuela.
Desde 1983 con 12 años entró al grupo de “Juventud” de la Cruz Roja, donde se fue formando como socorrista, sueño que anhelaba desde antes de los 10 años, cuando presencio un accidente.
“Cuando era muy pequeña fui testigo de un accidente y vi como una persona perdió la vida en un choque, pero también vi como socorristas de la Cruz Roja salvaron a varias personas convirtiéndose en mis héroes y entonces decidí que yo sería una socorrista”
Luego de pertenecer al grupo juvenil, al cual le entregó parte de su niñez y de su adolescencia pasó al área de socorros, donde aprendió lo básico para pertenecer a Cruz Roja, iniciando toda una carrera.
Con esfuerzos y mucha capacitación como paramédico y otras materias como lo es el rescate, rapel y otros siniestros llevo su vida como servidora en Cruz Roja de forma ininterrumpida.
“Conocí a mi esposo en un accidente, él como bombero y yo como socorrista, nos enamoramos pues tenemos en común lo principal que es el amor al servicio de los demás y entonces nos casamos, desde entonces solo he faltado a mi labor en mis incapacidades por mis tres embarazos”, señaló.
Con más de 30 años de servicio en Cruz Roja, aun tiene metas, las cuales son seguir capacitándose y seguir ayudando a la comunidad, hasta alcanzar su jubilación.
“Por amor al servicio, me he perdido de fechas muy importantes, festividades como Navidad, Año nuevo, cumpleaños y muchas más, pero mi familia, o sea mis hijos, mi esposo, mi madre y en su momento mi padre, siempre me han apoyado, saben que ser es mi vida y me apoyan”.
En el 2010, Rosa Guadalupe, mejor conocida como Comandante Lupita, fue seleccionada para ir como parte de la brigada de rescate de México a Haití para auxiliar a las víctimas del terremoto, donde estuvo por varias semanas.
“Ir a Haití me hizo más humana; aprendí a valorar la vida, a valorar cosas tan sencillas de obtener, como el agua y la comida, en las circunstancias que vivieron las personas de Haití significan vivir o morir, principalmente en el caso de los niños”
La impotencia de no poder hacer nada al llegar a un siniestro o accidentes donde alguna persona perdió la vida, sigue siendo un momento de dolor, desde el inicio de su carrera, sufrimiento que se recompensa únicamente con salvar la vida de muchas personas más.
“En diez años ya jubilada, si Dios me lo permite, me veo cuidando a mis nietos, llevándolos a la escuela, atendiéndolos ayudando a mis hijos, a mi familia, pero siempre al pendiente de la Cruz Roja, por si me llegaran a necesitar”, concluyó.