Luché y sigo luchando por la familia: Francisco Medina

Un tranquilo paseo en bicicleta por las mañanas es el fruto de un largo recorrido por la vida, en la que Francisco Medina López fincó para sí y su familia uno de los negocios más prósperos de la ciudad

Luché y sigo luchando por la familia:  Francisco Medina
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Nogales.

Un tranquilo paseo en bicicleta por las mañanas es el fruto de un largo recorrido por la vida, en la que Francisco Medina López fincó para sí y su familia uno de los negocios más prósperos de la ciudad.
Plomería y Ferretería Medina, hoy con cuatro sucursales y 100 empleados, inició a solicitud de transeúntes que se acercaban a un almacén sobre la avenida Obregón donde don Francisco guardaba material para sus propios trabajos y le pedían les vendiera unos ‘coditos’.
Originario de Guadalajara, llega a Nogales en los inicios del parque industrial con la encomienda de realizar instalaciones contra incendios y otros trabajos; su visión de negocios, apoyado tiempo después en sus hijos y siempre con el respaldo de su esposa Trinidad, lo arraigaron a la ciudad.
A sus 74 años se siente contento con lo que ha hecho, pero aún deseoso de hacer más.
A continuación le presentamos la entrevista que Francisco Medina López, acompañado de su hijo Alán, concedió a El Diario de Sonora por su 25 Aniversario.

¿Cómo llega Francisco Medina a Nogales?
Llego por allá por 1972, cuando iniciaba el parque industrial, estaba por empezar,  yo en esa época estaba en México, trabajaba para una empresa en la que hacía instalaciones de todo tipo, sanitarias, de gas, contra incendios.
En esos años me hablan para a ver si me interesaba venirme a trabajar para acá en los inicios del parque industrial, y pues me pareció una idea buena.

¿Usted ya tenía familia cuando se vino?
Aquí estaban mis padres, aquí vivían y pues en esa época aproveché para darme una vuelta y tenía planes de regresar a Guadalajara, solo quería ver cómo estaba el negocio.

¿Qué lo motivó a quedarse?
En ese entonces, platiqué con una empresa que ahorita ya no existe, que eran los iniciadores del parque industrial, me ofrecieron trabajo, hacer los trabajos contra incendios y diferentes cosas; yo como contratista en esa época. Posteriormente, cerca de los 80’, del 82’, me nació la idea de tener un local para guardar mis materiales, para uso mío, como un almacén y ahí la gente que pasaba, estábamos por la calle Obregón, frente a la Tortería La Mexicana. Era un local chiquito, como de 5 metros por 7 metros. Y ahí las personas llegaban y preguntaban qué hacíamos, e insistían en que les vendieran un ‘codito’, y así empezó la venta y lo que fue en un inicio la Plomería Medina, antes era solo plomería.
Así nació, teníamos un empleado, primeramente, después fueron dos, y mis hijos me ayudaban, aunque estaban chiquitos, iban a la escuela y se venían para acá.
¿Ya se había casado para ese entonces?
Sí, aquí conocí a mi esposa Trinidad Delgado, y tuvimos cinco hijos: Miriam, Francisco, Alán, Denisse y José de Jesús.
Cerca del local había una escuela de taekwondo, a la que Francisco y Alán asistían y luego se venían a trabajar, acomodaban materiales, limpiaban, hacían de todo un poco, eso les sirvió muchísimo para que fueran mejores personas.

¿Actualmente cuántos empleados tiene?
Cien.

¿Cuántas sucursales tienen?
 Cuatro.

¿Alguna de éstas es su consentida?
Las cuatro, pero quizá a la primera es a la que quiero más.

¿Cómo fue el crecimiento?
El negocio de la Obregón, frente a la tortería, creció muy rápido, quedó chico el local, entonces fue cuando dejé allí para cambiarme a la que es ahora la de la Jesús Siqueiros.
El inicio fue lo más difícil, no sé si también para los demás empresarios, pero para mí sí lo fue.

¿Por qué fue difícil?
Por la competencia que siempre ha habido, desde siempre, entonces había negocios muy grandes en esa época, como Maderería Sánchez, un negocio de Nogales, eran muy grandes como competencia. Yo vendía, por ejemplo, a un peso lo que a ellos les compraba a un peso.

¿Y cuál era su ganancia entonces?
Buscaba hacer clientela.
Yo me sostenía con lo que yo hacía por fuera, es decir que prácticamente le estaba metiendo dinero de lo que yo ganaba, aquí estaba perdiendo, pero así nos hicimos de clientes y poco a poco fueron demasiados. Empezamos por abrir una tienda, luego otra.

¿Por qué preferían a Plomería Medina si tenían los mismos precios que los otros negocios?
Mire, yo siempre he visto que la atención a cliente es lo más importante, en todos los aspectos, haga lo que haga. La atención al cliente, que el cliente se vaya contento, con buena imagen, fue mi clave.

Alán refiere:
Actualmente hay clientes que me comentan cómo mi papá los atendía personalmente, cómo les ayudaba a amarrar las tuberías, a subirlas al carro. Mi papá no por ser el dueño dejaba de hacer algo, él hacía de todo. Ahora nos apoyamos en la tecnología, pero antes mi papá tenía que buscar proveedores, se iba a Guadalajara, a Ciudad de México, antes no había Internet, el directorio te ofrecía solo lo local, entonces, mi papá era de irse una o dos semanas de la ciudad, había veces que regresaba con buenas respuestas, otras no, hubo proveedores que nos quedaron mal, que nos jugaron chueco, que deposítame y luego te llega, y no llegó nada.
Y así fue cómo empezó la plomería, antes era pura plomería, y después se fue incrementando de líneas: tornillería, material eléctrico, y en los últimos años, los últimos ocho, material de construcción, y año con año tratar de incrementar algo nuevo.
Fue así como crecimos, primero con el negocio en la Obregón, luego cerramos ésta, quedó como almacén, para abrir la de la Jesús Siqueiros, en 1988, y después en el 91 abrimos en la Ruiz Cortines y en 2000 abrimos Plomería y Materiales en la Obregón y en 2011 abrimos ésta (Periférico) y en el 2017 estamos por abrir una, bueno, no es que sea nueva, vamos a cambiarnos unos 50 metros de ahí a un lugar más grande, debido a la demanda, de mil metros de construcción.
La atención al cliente, la variedad de los productos y la asesoría al cliente. Muchas veces llega y no sabe lo que va a llevar, lo que le conviene, entonces yo estaba ahí para asesorarlo, para decirle, yo como conocedor de lo que iba a hacer, yo le decía: ‘mira lleva eso, eso ponlo así’, en fin, les asesoraba y los atendía.

¿Las grandes empresas cómo tomaron su carrera en ascenso?
Lo tomaron bien, son finísimas personas, solamente, como yo les compraba para mis trabajos, sí les noté de descontento porque yo era un cliente potencial, imagínese comprarles para un parque industrial, para una fábrica, y no solo aquí en lo local, compraba en Hermosillo.

¿Hacía usted personalmente trabajos de plomería en casas?
Sí, pero me enfoqué más a las maquiladoras, al parque industrial, que es donde sí me fue bien, gracias a Dios. Una parte de la obra del Seguro Social la hice yo, también una parte de Teléfonos de México, el viejo, una remodelación y así sucesivamente me fui quedando en Nogales porque vi que había mucho futuro y  me dio por seguir aquí.

¿En qué momento dejó de dedicarse a la instalación?
Fue como en el 1984, cuando tenía solo el negocio de la Jesús Siqueiros, después crecimos y ya no me daba abasto con el trabajo de lo que era atender.

¿Cuándo entran sus hijos de lleno al negocio?
Cuando terminan sus estudios, ellos son licenciados en Administración de Empresas, ellos ya sabían el negocio.

¿Qué recomendación les hizo cuando entraron?
La de todo padre, que le echen ganas al trabajo, interés, pienso que siguen ellos echándole ganas, quizá más que antes.

¿Qué opinaba su esposa al ver que sus hijos estaban trabajando?
Estaba muy contenta, de hecho ella fue la que más indujo a que ellos entraran al negocio.

¿Cómo reaccionó ante la llegada de Home Depot?
En ningún momento he pensado en que la competencia nos pueda afectar, siempre hay que pensar positivamente, porque todos tenemos derecho a hacer lo que queramos, solamente como decía mi padre: ‘el que tenga más saliva, come más pinole’. La competencia nos hizo crecer.

Alán agrega:
Gracias a la competencia crecemos, hay unos que se achicopalan, pero nosotros no reaccionamos así, al contrario, esta sucursal (Periférico) no estaba así. Unos proveedores nos decían ‘ahí viene Home Depot, prepárense’, unos en buena onda, otros no. Así que nos reunimos con la familia para ver qué hacíamos, y decidimos prepararnos, crecer, ofrecer más servicio, más espacio para estacionamiento. Adquirimos este terreno, ellos llegaron cuando nosotros ya estábamos construyendo esta parte del lugar, hicimos una bodega de mil metros cuadrados, más estacionamiento, entonces si no estuviera Home Depot, quizá no estuviéramos como estamos; de ahí el crecimiento.
Los proveedores nos decían ‘Sí, Home Depot es una empresa mundial que te jala, pero sus precios, su atención, no la tienen, los clientes vendrán a buscarlos’, y ha pasado hasta la fecha.

¿Qué ha visto en Nogales en los últimos 25 años?
La economía sigue estando difícil, siempre lo ha sido, cuando llegué le vi futuro a la ciudad y sigo viéndoselo.

¿Qué le gustaría ver en Nogales?
Que sus calles estuvieran bien, que no hubiera hoyos, que no careciéramos de agua potable, mayor seguridad.

¿Siente arraigo por Nogales, qué tan nogalense se considera?
Cien por ciento, porque aquí conocí a mi esposa, de aquí son mis hijos, aquí estamos gracias a Nogales, a los clientes, estamos nosotros mejor.

¿Quién es su clientela?
Gente de la localidad, también gente de Nogales, Arizona y la región, Caborca, Magdalena, Agua Prieta, Ímuris, Santa Ana y hasta de Hermosillo. Por ello tenemos planes de expansión para aquellos rumbos, no estancarnos, seguir creciendo.

¿Qué significa para usted el éxito?
Pues todo.

¿Se considera un hombre exitoso?
Sería modestia aparte, no me quedaría mucho decirlo.

¿Se siente satisfecho con lo que ha logrado?
Sí, me siento satisfecho, pero sé que puedo hacer más, siempre tratando de crecer más.

¿El fracaso alguna vez lo ha experimentado?
No, gracias a Dios.

¿Qué es para usted la familia?
Es lo más importante, por ellos luché, hasta la fecha sigo trabajando, lo poquito que hago, sigo pensando en crecer más para ellos, para mis nietos.

¿Le gustaría que sus nietos también trabajen aquí?
Claro, por supuesto.

¿Cuántos nietos tiene?
Nueve, tengo uno ya de 18 años que viene de vez en cuando, porque está estudiando.

¿Qué le apasiona en la vida, qué le gusta?
Me gustaría tener salud para seguir viendo crecer a los nietos. El deporte me gusta. Practiqué muchos años la caminata, recorridos de 10 kilómetros diarios, y de joven practiqué el box, era amateur.
Últimamente, ya de viejito, me ha dado por la bicicleta que la tengo en Tucson esperándome.

¿Qué tan seguido sale en bicicleta?
Todos los días, tarde y mañana, a veces solo y a veces con mi esposa; por la mañana voy solo, por la tarde, con mi esposa, y a veces nos acompaña mi hijo José de Jesús.

¿Qué le gusta comer, lo he visto comer en cierto lugar?
Yo creo me ha visto todo Nogales (risas). Me gusta la comida mexicana, conozco todas las fonditas y restaurantes.
Ahora puedo darme ese lujo de comer poquito de todo.

 ¿Qué piensa de la gente de Nogales?
Son buenas personas, gente trabajadora, con las que estoy muy agradecido.

Por su parte Alán agrega:
Estamos agradecidos con la ciudad, con la gente de Nogales, con familiares, con amistades, que nos han apoyado a que esto crezca y que sigamos ofreciéndoles nuestro servicio. Claro que como toda empresa hay errores, pero trabajamos en mejorarlos.

¿Qué enseñanza te ha dejado, Alán, tu papá, a nivel personal y laboral?
El ser una persona honrada, tener el tacto con el personal, con el cliente, tenerles respeto, la calidad del servicio que merecen es algo que nos ha inculcado y eso no ha ayudado a crecer y son las enseñanzas que yo tengo de él.
Mi papá, cuando decías si se considera o no exitoso, para mí sí lo es, es una persona exitosa, un ejemplo a seguir, y no solo lo digo yo, lo dicen muchos, por su crecimiento, por su esfuerzo, dedicación. Eso nos ha inculcado.
El trabajo no es todo en la vida, pero él tiene una historia de esfuerzo, de sufrimiento, de hambre que le tocó vivir.

¿Conoció la pobreza Francisco Medina?
Sí, mucho, y nadie me lo va a platicar.

¿Cómo se siente de estar donde está luego de vivirla?
 Me siento contento, pienso que he logrado parte de lo que me he propuesto, todavía no estoy conforme, quiero crecer más, aunque no sé si el día de mañana yo esté, pero me iría contento sabiendo que le dejo a mis hijos, a mis nietos, algo para que se entretengan. Y me siento orgulloso de haber contado con el apoyo de mi esposa.

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