Pepenadores viven de lo que otros tiran

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Nogales, Son


Aún no sale el sol y ya esperan un raite rumbo al relleno sanitario, donde recolectan y venden diversos materiales para sacar adelante a sus familias

Los desechos domésticos para muchos son basura y como desperdicios deben de ser relegados y alejados de su entorno, en cambio, para otros significa trabajo e ingresos para sostener a la familia


A muy pocos les interesa o conocen el destino final del papel, cartón, plástico, ropa vieja, zapatos, tenis, sobras de cocina, alimentos perdidos, alambre de todo tipo, llantas en desuso y demás materiales levantados por recolectores.


Son escasos quienes hablan y practican el reciclaje o reutilización de materiales, lo mismo del ahorro del agua, combustibles o energía para no contribuir a la contaminación de los ecosistemas.


Lo inservible termina en el cesto de la basura y de ahí, en el relleno sanitario siendo cubierto de tierra para esperar su degradación porque ya cumplieron su vida útil en un ciclo completado a diario.


Al menos dos veces por semana el camión recolector pasa por los hogares para llevarse los desechos generados durante días; un servicio imprescindible que al faltar provoca toda clase de protestas.


Las molestias causadas por la descomposición de la basura, los fétidos olores despedidos y el derrame de las bolsas por la calle a causa de perros callejeros causan la indignación de la sociedad, aunque sea por unas horas.


Y es en este entorno insoportable para los demás en donde un grupo de hombres y mujeres en comunión con la basura, en solidaridad grupal, encuentran su pan, su ingreso.


Este entorno es lugar de trabajo, de convivencia con la materia perdida en una silente labor escasamente apreciada y comúnmente desdeñadas, sin reconocer el gran aporte a la sociedad.


Sin trabajo, no hay ganancia


Con la clausura del depósito de basura localizado por el camino viejo a Cananea y la apertura del relleno sanitario al sur de la Ciudad, las personas dedicadas a la pepena” también se mudaron al nuevo tiradero.


La concesión a empresas particulares en el manejo adecuado de la basura y el manejo final de los desechos a principios del año 2000 crearon la necesidad de formar un grupo para defenderse de sus derechos al trabajo.


Así nació la Asociación de Pepenadores de Nogales, fundada por Carlos Alberto Díaz El Bellotas” conjuntando a 37 miembros, quienes obtuvieron el reconocimiento de la empresa y con ello, mantener su sustento.


Actualmente en el relleno sanitario trabajan dos agrupaciones, se dividen la labor de pepena durante la semana dando muestras de entendimiento y al mismo tiempo, de lo generoso que puede ser la basura.


Para la señora Candelaria Botello Calderón, coordinadora de la Asociación, quien no trabaja no gana y para ellos, la jornada inicia antes de salir el sol y termina cuando la luz del día ya se fue.


Aquí no hay un sueldo fijo, es a lo que el trabajador junte”, dice, si trabaja, va a ganar; si no trabaja, no gana, durante los tres días que nos toca trabajar de lunes a miércoles, porque la otra organización está el resto de la semana”.


La madre de tres hijos, con esta actividad, ha logrado sacar adelante a su familia, su hijo mayor ya se independizó, explica, mientras que los otros dos están en la escuela, uno en la prepa y otro en secundaria.


Junto con su esposo, la jornada inicia a las cuatro de la mañana diariamente, saliendo de su casa y esperar el aventón” de los autos que a diario, acuden al relleno sanitario ya sea a dejar desperdicios o a comprar materiales.


El regreso a la ciudad es también de raite y en muchos de los casos, en el camión de El Bellotas” ya con el diario ganado por la venta de cartón, plástico, lámina, alambre, aluminio y demás.


Pago al final de la jornada


Conocida por sus compañeros como doña Candy”, es parca al tocar el tema de las ganancias obtenidas durante la jornada de labor, solo se limita a decir que reciben su dinero al terminar su trabajo.


A diario suben” los carros de compañías para comparar los materiales recolectados por los pepenadores en grandes costales, los cuales son pesados y, de acuerdo al volumen, es la paga.


Cada quien junta lo suyo y lo vende”, dice, nosotros somos dos y si uno anda apurado, más levanta y más vende, pero no nos tiramos a matar” porque llega uno a la casa sin ganas de hacer negocio”.


En este grupo, a parte de ella, son cuatro mujeres más que realizan su labor a diario, el resto son varones y recientemente, se les integró una familia recién llegada del Sur del país.


Con la unión de los trabajadores, hacen presión para obtener el ingreso a diario, reconoce, al mismo tiempo constituye la posibilidad de mejorar y defender sus condiciones.


Hacer frente a los problemas laborales y cuando menos, la atención a su salud aunque sean beneficiarios del programa del Seguro Popular, así como el transporte al centro de trabajo.


La idea generalizada de ser personas con vicios arraigados como la drogadicción y alcoholismo están descartados, dice, porque no se permiten la ingesta de bebidas o consumir sustancias ilegales.


Aquí adentro, en el trabajo no se permite y estamos al pendiente de eso”, refiere, porque representan un riesgo de algún incendio o de un accidente, pero allá afuera, es otra cosa”.


En promedio atienden de 10 a 15 carros de la basura no solo de la autoridad, sino también de empresas y particulares, sin ninguna envidia porque en ellos están sus ingresos.

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