Sandra Tapia hace de la lectura su vida

Fomentar y compartir el gusto por la lectura se ha convertido para Sandra Tapia una actividad que la llena de satisfacción porque le permite conocer a muchas personas quienes forman parte de un club de lectores de todas las edades que encuentran en el libro una fuente importante de sabiduría.
Desde niña siempre ha tenido el gusto por la lectura, ya que siempre le fue inculcado por su madre, por eso siempre tuvo la idea de buscar hacer algo para que la gente adopte este hábito, y fue hasta hace 10 años que inicio con un club del libro donde se fomenta la donación e intercambio de libros.
Sandra recuerda que inició como un pasatiempo en su oficina, poniendo a disposición de la gente la colección de aproximadamente 500 libros de ella y su esposo, buscando que otra gente se beneficie.
Esta iniciativa, comenta, le abrió muchas puertas y encontró eco entre los medios de comunicación, que formaron parte importante, ya que a los periodistas les gustó la idea y empezó a crecer el club Caffissimo.
A los 60 años inicié una nueva etapa en mi vida, cuando muchos podrían pensar que a esa edad ya no se podía emprender cosas nuevas” señaló.
Recuerda que de niña viajó a la casa de su tía, en un pueblo cerca de Guadalajara, ahí un señor muy pobre llegó al rancho con sus cinco hijos pidiendo trabajo para mantener a su familia. Éste, al momento de terminar sus alimentos, leía a sus hijos algunos párrafos de las lecturas que se entregaban en la iglesia y luego pasaba a después contarles una historia relacionado con el tema.
De ahí, pensó que en algún momento de su vida haría algo similar, comentando las lecturas e intercambiando puntos de vista de lo leído, y el lograr este objetivo le ha permitido tener programas de radio, tener conferencias en universidades, acudir a escuelas secundarias y primarias  a promover el gusto por la lectura.
En la actualidad, a 10 años de distancia, son más de 20 mil libros los que ha entregado en diferentes lugares gracias a las donaciones que recibe de varias personas que se enteran de esta labor que realiza y llegan con cargamentos de libros de diversas temáticas.
Ha ido en franco crecimiento, porque se ha dotado de libros a centros de readaptación, escuelas, internados, y ya se abrió un nuevo club del libro en la colonia Colosio, gracias a que las donaciones llegan de muchas partes.
Sandra Tapia considera que siempre ha tenido mucho apoyo, y recuerda la ocasión que le solicitaron libros para 12 internados de niñas de la Sierra Tarahumara, donde con el apoyo de los medios de comunidad en menos de 15 días se pudieron reunir dos toneladas de libros que fueron enviados hasta aquellos lugares, y donde ni el flete se tuvo que pagar porque también fue una donación el traslado de los libros.
Dijo que el gusto por la lectura no ha decaído, ya que contrario a lo que se piensa hay muchos jóvenes con los que se tiene contacto, sobre todo con los enamorados que llegan en busca de libros de poesía, o quienes vienen periódicamente desde otras ciudades por una buena dotación de nuevas lecturas, como una señora que cada mes viene desde Guaymas.
Por eso, mencionó que a estas alturas de su vida con una actividad que le llena de mucha satisfacción a sus más de 70 años, lejos está de querer retirarse, al contrario piensa que si su padre murió a los 100 años, considera que aún le queda mucho tiempo por delante y la vida le ha enseñado que cada una de sus etapas tiene sus momentos gratos y hay que vivirlos al máximo.
En esta etapa Sandra Tapia se considera una persona realizada, haciendo lo que siempre soñó, ya que con su trabajo de venta de seguros ha tenido la oportunidad de viajar por varios países y valorar más el vivir en México, pero el fomentar la lectura ha sido algo que le vino a agregar más satisfacciones a su vida.
Indicó que en todo momento hay que intentar hacer cosas nuevas y hace un llamado a todas las mujeres  siempre hacer las cosas y no quedarse con las ganas de intentarlo ya que se tiene la capacidad e poder lograrlo.
Dijo estar de acuerdo con la superación de la mujer siempre poniendo un buen ejemplo y todas las acciones basadas en el respeto que debe de prevalecer en todo momento porque vale más un gramo de buen ejemplo, que una tonelada de consejos”.