Recuerdan con nostalgia tren de pasajeros

Desde la cancelación del servicio de transporte de pasajeros en el ferrocarril en 1998, casi tres generaciones de mexicanos desconocen la experiencia de viajar a cualquier punto del país utilizando este servicio.
La determinación del gobierno del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) por vender al mejor postor los trenes de la paraestatal en aquel tiempo Ferrocarriles Nacionales de México (FNM) causó controversia.
Especialmente en la sociedad mexicana y usuarios de este servicio de transporte, como entre los empleados de esta empresa interponiendo una gran cantidad de recursos legales en reconocimiento de sus derechos laborales.
Empeoró con el tiempo, la afectación fue mayor para los usuarios del servicio del transporte, quienes debieron utilizar otros medios para trasladarse a cualquier punto de la República.
Este servicio fue olvidado y con él las instalaciones como almacenes, talleres, las estaciones de abordaje de los pasajeros en los municipios fueron cubiertos por el polvo del tiempo y la desestimación oficial.
Como prueba de ello está, en esta frontera de Nogales, Sonora, la antigua estación de trenes completamente olvidada y vandalizada, siendo un refugio de personas sin hogar y demás en busca de un simple techo.
Dejando atrás a una gran cantidad de familias que vivieron no solo como trabajadores del ferrocarril, sino que obtenían recursos con la venta de sus productos a los viajeros.
Una gran cantidad de sonorenses empleados directos o indirectos, forjaron sus familias con los ingresos obtenidos durante el tránsito de la mole de hierro por toda la geografía del estado y de la nación.
Con el anuncio del ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) (2018-2024) de reactivar los trenes de pasajeros en el ferrocarril para la zona del pacífico, se está en espera un nuevo servicio.
El actual cronista e historiador del ferrocarril recuerda con nostalgia los servicios de primera clase, de segunda y el uso de los “pulman”, recorriendo los más de dos mil 700 kilómetros desde la ciudad de México a Nogales.
O los más de tres mil kilómetros que se cubría desde la ciudad de Mexicali, Baja California hasta la capital del país, por un módico precio y con una atención de primera calidad.
El viajar en tren era una experiencia maravillosa...y si el gobierno actual piensa abrir este servicio, se necesitaría unos carros grandes, de buena calefacción y que soporten los distintos climas y si les toca a las distintas generaciones este servicio, será una experiencia maravillosa, recordó.El también exferrocarrilero confía en el cumplimiento, por parte de las autoridades federales, de brindar a los mexicanos una nueva opción del servicio del transporte en el corto plazo.
Como también en la reactivación de las estaciones en los municipios a lo largo de la ruta México-Nogales o en su defecto, hasta Mexicali, Baja California, con un gran dinamismo en sus economías locales o regionales.
La verdad que confío y espero se reactive este servicio de pasajeros...el volver a disfrutar como ciudadano, ya no como trabajador, de los viajes, la travesía y la experiencia de viajar en el tren y creo que me va a tocar, expresó.El paso del ferrocarril por los municipios, las familias esperaban su llegada, refiere, porque representaba los ingresos para sus casas, el sustento con la venta de productos elaborados artesanalmente.
Toda esta tradición, este dinamismo, se perdió con la cancelación del servicio del tren de pasajeros, lamenta, porque mucha gente ya no tuvo en donde vender sus mercancías.
Con la reactivación del servicio de pasajeros por parte del ferrocarril...se retomarían todas estas actividades no solo en Sonora, sino a lo largo de la ruta en otros estados y municipios, manifestó.El ferrocarril de pasajeros que recorría el Pacífico contaba con su servicio de comedor, un restaurante con personal especializado, destaca, siendo reconocido a nivel internacional por la revista “Life”.
En 1980 dicha publicación, recuerda, dedicó un reportaje a la compañía “Pulman de México” que operaba este servicio, como uno de gran calidad desde sus inicios en 1920, por sus 60 años en operación.
Eran una elegancia. Al abordar uno de los carros...tenían tres secciones: con gabinete, camerinos o alcoba, a elegir por el pasajero. Carros alfombrados, elegantes, con carros observatorios y los demás vagones con todos los servicios, explicó.Los pasajeros tenían no solo la opción de primera clase, sino también la económica o de segunda, manifiesta, pero con el mismo servicio para los pasajeros.
Como cronista del ferrocarril, don Elías Canevett espera documentar, llegado el momento, la reactivación de este servicio de pasajeros y ser testigo de ello como un usuario más.