Hermosillo
La Catedral de la Asunción en Hermosillo, ícono de la capital sonorense, tiene desde este mes de octubre un nuevo rostro.
Con una inversión superior a los 100 mil pesos, se le han hecho importantes mejoras a los muros del antiguo templo con más de 130 años de historia, construcción que a partir de ahora luce una iluminación nocturna y que le da una nueva vida al entorno y hace además que la Plaza Zaragoza tome otro sabor.
Incluso, según informó la administración de la Catedral, ya se realizan trabajos para echar a andar el viejo reloj que por años ha estado detenido en la parte alta, en medio de las dos torres de 30 metros de alto.
El trabajo, según informa el área de administración del templo, no ha sido sencillo, pues se han tenido que realizar intensos trabajos de albañilería, electricidad y pintura y otras labores que en muchos de los casos se realizan por arriba de los 30 metros de altura.
La Catedral está en pleno Centro Histórico de Hermosillo y es prácticamente el eje en torno al cual ha girado dicha zona de la ciudad, siendo hasta la fecha uno de los edificios más antiguos en pie en la capital sonorense.
Por ello, se formó un patronato para el mantenimiento de la Catedral de Hermosillo, el cual anualmente realiza varias actividades encaminadas a mantener el edifico en buenas condiciones.
El patronato es una entidad formada por miembros de la sociedad civil con el fin de recaudar fondos para el mantenimiento y funcionamiento de las instalaciones de la Catedral de la Asunción.
En la actualidad el patronato es presidido por Saúl Rojo Valenzuela y Rosalina Salazar de Rojo, quienes cuentan con el apoyo de más de 60 parejas de hermosillenses que ayudan en las labores del patronato.
Un poco de historia
La Catedral de Hermosillo se empezó a construir en el año de 1877, en el mismo sitio en donde décadas antes había estado el templo militar y luego civil de la ciudad, una sencilla construcción de adobe, con una espadaña que puede ser observada en una antigua fotografía de la época de cuando apenas se empezaba a construir la Catedral.
Así, el gran templo que hoy en día luce desde cualquier punto cardinal de la ciudad, tuvo su primer antecedente en esa pequeña capilla donde se oficiaba la misa por el año de 1796; fue en ese tiempo cuando se decide construir una Iglesia de adobe y madera siendo el capellán castrense el fraile Pascual Lucas Hernández, quedando concluida esta pequeña iglesia en el año de 1800; debe reconocerse que este templo fue de reducidas dimensiones y para uso exclusivo de la tropa del presidio.
Al paso del tiempo la capilla se fue deteriorando y poco se hizo por ella; no fue sino hasta el año de 1877 cuando se observan intentos serios por mejorarla a través de una carta firmada por 800 señoras de Hermosillo dirigida al Obispo de Sonora, con fecha 18 de octubre que relataba: “En una gran reunión de personas de todas las clases de esta población, con el objeto de tener un acuerdo sobre la reconstrucción de la antigua parroquia, a consecuencia de la providencia dictada últimamente por la municipalidad -a cargo del Presidente Ignacio Buelna, fijando dos meses de término para hacer las obras necesarias de reparación, y de no verificarlo mandar cerrar la Iglesia, privando con esto del culto a toda la población, se ha resuelto por unanimidad dirigir a V.S. esta respetuosa representación a fin de que acceda a su súplica para que se lleve adelante la idea de la reconstrucción de dicha parroquia bajo un plan de mayor atención, bien ventilado el edificio, elevar el piso, techos nuevos, una cúpula en el presbiterio, si es posible una torre elevada y un bonito frontispicio; todo lo que propone el pueblo se hará con los fondos que tiene colectados y a medida que se emprendan y adelanten los trabajos es seguro que con gusto le arbitrarán y conseguirán fondos hasta la conclusión”.
El Obispo Herculano López de la Mora impulsó los trabajos de la Catedral entre 1887 y 1902. En 1887 vino a Hermosillo el Obispo Don Herculano López y de la Mora que arribo a Hermosillo el 19 de octubre, quien de inmediato mostró un gran interés por la construcción de lo que llamaba su catedral y con un desprendimiento admirable puso en manos del párroco Ángel María Barceló, más de la tercera parte de lo que llegaba a su mesa episcopal.
El cura Barceló por su parte también hizo mucho, urgiendo a los fieles para continuar la obra y vigilando él mismo a los trabajadores.
A la muerte del obispo López, después de 15 años la catedral quedó sin cúpula y sin la torre del sur.
La obra de la construcción la dirigieron los maestros albañiles Javier Jara, Silvestre Cruz, y Antonio Espíritu.
El 22 de abril de 1905 se coloca en la Catedral y se bendice la imagen de Nuestra Señora de la Asunción; y en 1908 se concluye con ambas torres.
Durante el episcopado del señor Navarrete siendo párroco el p. Martin Portela se cambió el piso de madero por el de mosaico antes de 1934, no en 1936 cuando estaban desterrados los sacerdotes y cerrados los templos. El enjarre de enfrente y las torres se comenzaron el 14 de marzo de 1941 y se terminaron a mediados de 1942 siendo vicario del Padre Pórtela, el P. Jesús Fimbres
En 1945 se le agregaron los anexos laterales en forma de cruz y de 1960 a 1963 se concluyó la cúpula de cemento armado, pues la anterior era de madera construida en el año 1908.