‘Quiero trabajar no vivir de la caridad’: Don Sergio Tello

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Agua Prieta.

A sus 76 años de edad, Sergio Tello Zúñiga, originario del puerto de Veracruz, sale en su silla de ruedas todos los días a solicitar la caridad de los aguapretenses en la esquina de calle 5, avenida 15 en la colonia Centro para poder alimentar a su familia.
Pero yo siempre he sido un hombre de trabajo y aunque no me pueda mover quiero tener un carrito en el que pueda salir con mi familia todos los días a vender tamales, atole, chiles rellenos por las calles, porque me da vergüenza vivir de la caridad de la gente”, declaró.
Hace 9 años, se bajó del autobús procedente de Tijuana en esta ciudad. Le daba vergüenza que los pasajeros olieran sus ropas mojadas con orines debido a su imposibilidad  para ir al baño a causa de la parálisis de sus piernas.
Ya no aguanté más y le dije a mi esposa que nos bajáramos porque me daba mucha pena que la gente me estuviera oliendo a orines y es que no puedo mover mis piernas por eso no podía ir al baño del autobús”, explica.
Ese martes 27 de junio de 2006, cuando se dirigía a Matamoros, Tamaulipas, para de ahí trasbordar hacia el puerto de Veracruz,  su tierra natal, se bajó en la terminal de autobuses de Agua Prieta en compañía de su esposa Guillermina Jacinto Román y su hijo Sergio Abimael Tello Jacinto, entonces de ocho años.
Sin conocer a nadie, recuerda que se encomendó a Dios y apreció una persona que le tendió la mano dándole albergue en su casa. Actualmente vive en hacia el sur de la ciudad en calle 52, avenida 9, número 149, la penúltima al sur de esta ciudad, en La Bicentenario”.
Desde esa dirección, todos los días se desplaza en su silla de ruedas hasta la calle 5, avenida 15, y es que un día que salió de su casa en Tijuana para ir a arreglar su pensión, fue asaltado por tres maleantes por lo golpearon y al caer sobre el filo de la banqueta quedó sin movimiento al lastimarse columna y caderas.
Me dejaron como un vegetal, sin movimiento”, recuerda con tristeza luego de 47 años de trabajar en el volante de un camión interestatal del corporativo Estrella Blanca.
Pero así como estoy, todos los días salgo a luchar por la vida para alimentar a mi familia y por eso estoy muy agradecido con toda la gente que me ayuda cuando pasan por aquí. A veces me llevo 30, 50 0 60 pesos a la casa, pero sobre todo me llena de satisfacción el saludo cariñoso que me dan”.
Con la ayuda de una despensa mensual de DIF y la caridad de los automovilistas, Sergio Tello Zúñiga, lamenta no haber podido inscribir a su hijo en la preparatoria por falta de dinero.
No pudo entrar a la escuela y a mi hijo Sergio le gusta estudiar, es más quiere graduarse de ingeniero en sistemas, pero no hay dinero y la escuela cuesta”, enfatizó con el acento de su voz quebrada.
Reconoció el amor de su esposa Guillermina Jacinto Román, quien siempre ha estado con él apoyándolo en todo.
A pesar de estar en una silla de ruedas, ella jamás se ha avergonzado de mí, al contrario siempre me ha demostrado su apoyo y su amor y jamás me ha considerado una carga y aunque quiere trabajar para ayudarme la enfermedad de sus ojos no la deja, pero está conmigo”.

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