La historia gira en torno a Cornelio, un perro que, según el relato de su dueña, fue víctima de una cruel broma por parte de un grupo de menores. Los detalles del incidente aún se encuentran bajo investigación, pero la información disponible apunta a un acto deliberado de crueldad, con implicaciones legales significativas.
“Lo que dicen mis hijos es que ellos iban a la tienda y el perro iba jugando con ellos... Los niños agarraron el cohete, lo prendieron y se lo aventaron al perro... Hasta video tomaron, no fue un accidente, lo hicieron a propósito,” relata la desconsolada dueña.
El ataque, que incluyó la detonación de cohetes en el hocico de Cornelio, le causó heridas tan graves que, a pesar de los esfuerzos del personal de la clínica veterinaria “Mi Rancherita”, el animal perdió la vida. Este lamentable desenlace ha generado una ola de indignación en las redes sociales y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los animales a la violencia humana.
La dueña de Cornelio ha interpuesto una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado (FGE), exigiendo justicia y responsabilizando a los padres de los menores involucrados por su negligencia y falta de supervisión. Ella afirma que, además de la falta de responsabilidad por parte de los padres al no asumir los gastos veterinarios, “la verdad estoy muy molesta, muy enojada, por lo que hicieron los papás de los niños. Me dejaron al perro tirado desde las 16:00 horas hasta las 19:00 horas."
La situación se complica aún más por el testimonio de la nuera de la dueña, quien se encontraba presente durante el incidente y sufrió un susto que derivó en complicaciones en su embarazo. Este punto añade una capa más de gravedad a la situación, evidenciando las consecuencias negativas que pueden extenderse más allá del animal afectado.
El Código Penal Estatal de Sonora, en sus artículos 342 y 423, estipula sanciones que incluyen multas considerables y hasta seis años de prisión por actos de maltrato animal que resulten en la muerte del animal. La asociación “Rescate de Angelitos Callejeros” ha expresado su apoyo a la dueña de Cornelio y se ha unido a la exigencia de que este caso no quede impune.
El suceso ha desatado un debate en redes sociales sobre la educación de los menores y la responsabilidad parental en la prevención de actos de crueldad animal. La gravedad de las acciones de estos menores y las consecuencias que han generado, reflejan una problemática que exige atención urgente por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.