Nogales, az
Kyle Alegría fue declarado culpable de los delitos de secuestro, violación y homicidio.
Un jurado evitó que un sujeto acusado de violar y asesinar a una niña de 7 años de edad, fuera sentenciado a la pena de muerte, por lo que el próximo mes de diciembre podría ser sentenciado a cadena perpetua.
El pasado mes de octubre, Kyle Alegría fue declarado culpable de los delitos de secuestro, violación y homicidio de la pequeña Rhia Almeida, quien contaba con tan solo 7 años de edad cuando se registró este fatal incidente en el año 2009.
La pequeña era amiga del hermano menor de Alegría, por lo que visitó la residencia de su familia en la calle Ajo, de Tucson, Arizona. El homicida se encontraba solo en casa, por lo que aprovechó para abusar de la menor hasta quitarle la vida, para posteriormente abandonar su cuerpo en un arroyo ubicado a un costado de la vivienda.
Durante las audiencias ante el jurado ciudadano de la Corte Superior del Condado de Pima, los abogados defensores intentaron mitigar la responsabilidad del inculpado, argumentando que su comportamiento agresivo surgió a raíz de la convivencia dentro de una familia disfuncional.
Además, escucharon las versiones de psicólogos que examinaron a Alegría mientras se encontraba en prisión, quienes corroboraron la influencia negativa de los padres sobre el comportamiento del inculpado, quien era expuesto a constantes actos de violencia doméstica, películas de horror y pornográficas desde que tenía 3 años de edad.
Además, destacaron que Alegría fue abusado sexualmente por un vecino cuando tenía entre 7 y 8 años de edad. Incluso, determinaron que desarrolló cierta atracción sexual hacia su madre, además de llegar a mezclar en su mente imágenes sexuales y violencia, producto de los vivido en su infancia.
Otro de los psiquiatras destacó que Alegría sufría un retardo mental menor, producto de la violencia a la que fue expuesto desde su niñez, lo que lo hace incompetente en el estado de Arizona para ser sentenciado a la pena de muerte.
Por tal motivo, el jurado descartó que pueda recibir como castigo la pena capital, por lo que podría ser sentenciado de 35 años a cadena perpetua el próximo 9 de diciembre, cuando comparezca ante un magistrado de la Corte Superior del Condado de Pima.