Dos ciudades hermanas que están divididas por un límite internacional están habitadas por familias que se ven obligadas a extrañar a sus seres queridos.
María es ciudadana estadounidense y residente de Nogales, Arizona. Su hijo de 17 años vive en Nogales, Sonora.
“Quiero que cruce, pero quiero que lo haga de la manera correcta“, dijo.
María dice que ver imágenes de niños migrantes cruzando solos la frontera suroeste es espantosa. Y teme que ese pueda ser su hijo.
“Me ha dicho que ya habría cruzado, pero yo le digo que espere. Que se acerca nuestro momento. Tampoco quiero que lo dejen en un lugar al azar, como los veíamos hacer”, dijo.
En los últimos días se han apreciado camiones con migrantes que son regresados a México.
El mayor de Nogales, Arizona, Arturo Garino, dijo que su ciudad no tiene los recursos, ni el financiamiento, para prepararse para que grandes grupos de familias sean liberados en la comunidad debido al Covid-19.
“A la mayoría de las organizaciones sin fines de lucro aquí no les ha ido bien financieramente desde el comienzo de la pandemia”, dijo.
Pero el alcalde dice que es consciente de que, si la situación continúa y a medida que llegan los calurosos meses de verano de Arizona, su ciudad podría estar viendo un escenario diferente.
“No creo que haya ninguna ciudad en Arizona que niegue cualquier tipo de asistencia para ayudar“, dijo Garino.