Muerte de anciano en centro de atención de Arizona expone fallas en seguridad

En Scottsdale, un tranquilo enclave de residencias de lujo, se encuentra Brookhaven, un centro de vida asistida. Aquí, el verano pasado, la vida de Bob Pollmann, un profesor jubilado de 85 años con Alzheimer, terminó trágicamente.
Bob, quien se había mudado de Dakota del Sur a Arizona en 2024 para estar cerca de su familia, pasaba sus días en Brookhaven. Menos de un mes después de su llegada, una tarde de junio, se escapó sin que el personal lo notara. Un reporte policial detalla la ausencia inicial y la posterior activación de una Alerta Plata por parte del Departamento de Seguridad Pública de Arizona.
Dos días después, una vecina lo encontró sin vida en un arroyo detrás de su casa. "Creo que es el anciano que desapareció," dijo a la operadora del 911, una frase que encapsula el horror de la situación.
Tras la investigación del Departamento de Servicios de Salud de Arizona (ADHS), Brookhaven fue sancionada con una multa de $500 dólares por no contar con estrategias para garantizar la seguridad de sus residentes. La inspección estatal reveló que la alarma de la puerta principal del centro no funcionaba el día del incidente. Esta multa, según Dana Kennedy, directora estatal de AARP Arizona, es "un precio inapropiado a pagar", considerando las consecuencias fatales.
Aunque la ley de Arizona duplicó las multas a $1,000 en septiembre pasado, la sanción a Brookhaven se aplicó bajo la regulación anterior. Como parte de un acuerdo, Brookhaven, sin admitir responsabilidad, aceptó implementar medidas de seguridad incluyendo:
Los investigadores de ABC15 encontraron que al menos una docena de personas han muerto desde 2017 después de "escaparse" de centros de atención en Arizona. Nuevas regulaciones estatales proponen requisitos más estrictos para los centros de atención de memoria, incluyendo la notificación obligatoria al departamento de salud estatal dentro de las 24 horas de cualquier incidente. La fiscal general de Arizona, Kris Mayes, aboga por un seguimiento estatal de estos casos, preguntando retóricamente: "¿Cómo se resuelve un problema si ni siquiera se sabe qué tan grande es el problema?"
Bob, quien disfrutaba de la pesca y la jardinería, dejó un vacío irreparable en sus seres queridos y un recordatorio inquietante sobre la necesidad de mejorar la seguridad en los centros de atención para adultos mayores en Arizona.