Universidad de Arizona en la mira por polémico pacto federal que amenaza diversidad académica

"Estamos revisando cuidadosamente el documento y sus implicaciones", fue la respuesta cautelosa de la administración universitaria en un comunicado interno. Sin embargo, la ambigüedad ha encendido alarmas entre profesores y sindicatos, quienes temen que la UA ceda ante presiones políticas.
Los detalles clave del pacto, filtrados a medios locales, revelan exigencias controvertidas:
Mientras tanto, el Consejo Municipal de Tucson aprobó por unanimidad una resolución instando al rechazo del acuerdo. "La capitulación no está en nuestra naturaleza", declaró el concejal Rocque Pérez, criticando lo que calificó como una "interferencia federal inaceptable".
El silencio inicial de la administración universitaria duró 9 días, un vacío que generó malestar incluso entre académicos con plaza definitiva. "Tenemos una decisión difícil: estamos jodidos si firmamos y jodidos si no", admitió en privado un profesor de antropología, quien pidió reserva por temor a represalias.
La incertidumbre se agrava al considerar antecedentes recientes. En marzo, la UA consolidó sus centros culturales tras presiones federales, y en septiembre cerró cuatro sedes en China luego de críticas de un comité legislativo republicano. "Primero fueron los estudiantes chinos, ¿quiénes serán los siguientes?", cuestionó una docente durante un foro abierto.
El plazo para responder vence el 21 de noviembre, según la carta enviada por la Casa Blanca a nueve universidades selectas, incluyendo a la UA. Hasta ahora, Dartmouth y MIT han rechazado públicamente el acuerdo, mientras que la Universidad de Texas lo celebró como un "honor".
Entre bambalinas, fuentes cercanas a la rectoría sugieren que la universidad busca negociar ciertas cláusulas, particularmente aquellas que afectarían su financiamiento. Sin embargo, el sindicato de trabajadores universitarios advierte: "Si cedemos ahora, las exigencias solo aumentarán".
El tema trasciende lo académico. Según datos del Center for American Progress, Arizona ya perdió $209 millones en subsidios federales para educación superior este año. Una posible adhesión al pacto podría recuperar parte de esos fondos, pero a qué costo, es la pregunta que hoy divide aulas y pasillos en Tucson.