Tras años de debate, empresas como Valve finalmente se están viendo obligadas a clarificar la situación. Y es que, la realidad es que no poseemos los juegos que compramos digitalmente, solo una licencia para usarlos.
Valve, anticipándose a la nueva legislación de protección al consumidor del estado de California, ha decidido modificar su política de compra en Steam. Ahora, al adquirir un juego, un mensaje directo y contundente en el carrito te recuerda que no estás comprando el producto en sí, sino el permiso para usarlo.
Esta acción se produce en respuesta a las crecientes preocupaciones sobre la propiedad de los contenidos digitales. Aunque la ley de California no entra en vigor hasta 2025, Valve ha decidido ser transparente con todos sus clientes, no solo los californianos.
Esta decisión no ha sido recibida de manera uniforme. Algunos se sienten aliviados de que la empresa no esconda esta información, mientras que otros lamentan la situación actual donde la posesión de juegos digitales se reduce a un contrato de alquiler.
La controversia reciente con Ubisoft y su juego The Crew, que dejó a los jugadores sin acceso al juego tras el cierre de los servidores, ha evidenciado la fragilidad de la propiedad digital. Este evento ha dejado en claro que los usuarios no son dueños de sus juegos, solo tienen un acceso limitado mientras los servidores permanezcan activos.
Esta realidad contrasta con el pasado, cuando la compra de un videojuego implicaba la posesión física del producto, garantizando su uso indefinido. La digitalización de la industria del entretenimiento ha cambiado radicalmente la percepción de propiedad, obligando a los jugadores a ser conscientes de que están adquiriendo un contrato de alquiler, no un producto tangible.
La nueva política de Valve es un paso hacia la transparencia, pero también una confirmación de que la lucha por la propiedad digital en los videojuegos aún no ha terminado.