A pesar de su apariencia similar a la de una abeja, la mosca cernidora es en realidad una mosca con dos alas en lugar de cuatro, como las abejas. Su dieta se compone de néctar y polen, lo que la convierte en una polinizadora esencial.
Un estudio liderado por Rachel Pizante, una estudiante de doctorado en biología de la conservación de la Universidad de Alberta, se centró en el hábitat que favorece el crecimiento de esta familia de moscas y cómo este crecimiento impacta positivamente en los rendimientos de los cultivos.
El estudio reveló la presencia de 90 especies de moscas cernidoras, siendo especialmente importante su papel en la polinización de cultivos de canola.
Pizante y su equipo descubrieron que las moscas cernidoras se desplazan con mayor frecuencia hacia los campos de canola en flor, ya que estos representan una fuente abundante de alimento.
El estudio también evidenció la importancia de las zonas de vegetación alrededor de los cultivos, ya que estas actúan como puntos de entrada y salida para las moscas cernidoras.
"Las zonas boscosas cercanas a los cultivos parecen ser cruciales para las moscas cernidoras y para mantenerlas en los campos. Observamos una gran cantidad de moscas cernidoras saliendo de las zonas boscosas, pero no muchas entrando en ellas", explicó Pizante.
"En nuestra región, las moscas cernidoras son las visitantes más comunes de los cultivos de canola, especialmente cuando no hay colmenas de abejas cerca", agregó.
En resumen, la investigación de Pizante destaca la importancia de mantener zonas boscosas adyacentes a los cultivos de canola para asegurar la presencia de las moscas cernidoras, las cuales juegan un papel fundamental en la polinización de estos cultivos y, por ende, en la productividad agrícola.