Una derrota ya anunciada

CULIACAN, SIN.

Culiacán se pasó la campaña sin poder con Ciudad Obregón.
Al inicio de la temporada 2012-13 de la LMP, en la serie del 30, 31 de octubre y 1 de noviembre, los Yaquis de Ciudad Obregón visitaron a los Tomateros de Culiacán.
Los tres encuentros se resolvieron de manera diferente, pero todos con el resultado a favor de la Tribu de Cajeme. En el del 30 de octubre, Carlos Valencia definió el 5-4 en la octava entrada. En el del 31, los de la capital sinaloense solo pudieron conectar 4 imparables y fueron blanqueados 2-0 para sentenciar la serie en contra. Ya en el tercero, la historia fue de mayor drama, la barrida se completó con un 10-0 que demostró que con los Yaquis la careada no estaba fácil.
Al término de la serie, nos acercamos al palco de la directiva guinda y le comentamos a un importante personaje de la dirigencia que los obregonenses estaban para una muy buena campaña. Literalmente le dijimos: “Está duro Yaquis”, de manera sorpresiva, ya que nunca me lo hubiera imaginado, dicho directivo culichi nos contestó: “Qué duro va a estar, lo que pasa es que estos no se pusieron a trabajar”, señalando al dugout de casa.
Ahora que ha concluido la semifinal de la LMP y Cd. Obregón ha eliminado a los Tomateros, me pregunto si todavía los Yaquis no están duros o si los guindas decidieron no trabajar en 4 juegos de la semifinal.
Y es que los resultados de cada juego en esta etapa me recordaban paso a paso la serie de octubre-noviembre. Ese primer juego 7-5 a favor de Yaquis, el 6-5 del tercero, el 10-2 del cuarto y el 7-2 del quinto final, parecían recordarme el: “Qué duro va a estar”; pero mi mente contrastaba la respuesta que recibí de Eddie Díaz, manager de la tribu, al final del primero de la semifinal: “Hablamos antes del juego y comentamos que íbamos a ser humildes, con los pies en la tierra y los ojos en el cielo, con mucho respeto a Culiacán, que es un gran equipo, un gran dirigente, buenos peloteros, y una ciudad a la que le gusta el juego”.
Parecen las dos caras de la moneda.
Y al analizar los números del rol regular en cuanto a efectividad, tanto de bateo como de pitcheo, están tan parejos que de verdad concluyo que la frase de Eddie Díaz debería ser recordada con frecuencia en el dugout, oficinas y palco del club Tomatero.
Es necesario influir en los jugadores, aclarando que no en todos, para que no se sientan estrellas, que lo sean. Que brillen ofensiva y defensivamente pero, también al atender a los aficionados y los medios. No solo hay que declarar cuando se gana, cuando se pierde hay que asimilar la derrota, reconocer al triunfador y compartirlo con la afición, que también quiere saber de qué están hechos cuando el final no es feliz.
Tienen un gran mánager en Lino Rivera. Tienen un Line Up temible. El mejor pitcheo. Un hombre ilustre y forjador de beisbol en Don Juan Manuel Ley. Un creador de éxitos en el beisbol-espectáculo en Jaime Blancarte. Un gran conocedor en Ray Padilla. Pero falta recordar que todos los equipos están en el mismo esfuerzo: Ser los campeones. Esta temporada se fue para la nave guinda, en la que sigue hay que poner “los pies en la tierra y los ojos en el cielo”.

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