Favre celebra entronización

CANTON, OH.
Ocho nuevos inmortales se integran este día al Salón de la Fama del Futbol Americano.
Brett Favre parecía un tanto sorprendido con la pregunta.
Cuestionado sobre si alguna vez se imaginó vistiendo una chaqueta dorada en Cantón, Favre respondió de inmediato: “Para nada”.
Aún no está seguro de pertenecer al Salón de la Fama de Fútbol Americano, al que ingresará la noche del sábado.
“Es algo impresionante”, dijo el viernes el laureado quarterback. “Increíble. Tengo un enorme respeto por el juego. Tengo a estos muchachos en la más alta estima. Me cuesta trabajo creer que soy uno de ellos”.
Esos muchachos son los 295 miembros del recinto a los que se integrará Favre, junto con Tony Dungy, Marvin Harrison, Orlando Pace, Kevin Greene, Ken Stabler, Dick Stanfel y Ed DeBartolo Jr.
El hecho de que Favre dude que pertenece al recinto de los inmortales luego de gozar de una de las carreras más brillantes en la historia de la NFL — 20 temporadas, una tonelada de récords, incluyendo uno de 299 partidos consecutivos y un título de la NFL en 1996 — para la mayoría son puras palabras.
El primer ganador de tres premios de Jugador Más Valioso (1995-97), Favre alcanzó estadísticas que pueden ser abrumadoras. A eso hay que añadirle su espíritu competitivo y su actitud divertida, y era una garantía que ingresaría en la primera oportunidad, por lo que el comité de selección ni siquiera tuvo que discutir su candidatura en febrero pasado.
Cuando comenzó a recibir los mensajes de texto de sus héroes, en particular Roger Staubach, Favre dijo que tuvo que “recoger su quijada del suelo”.
“No era mi objetivo”, admitió Favre. “Le tengo el mayor de los respetos a los jugadores que ingresan, pero yo solo quería jugar, y quienes me vieron saben de lo que hablo. Si me hubieran pagado 50 dólares, me hubiera sentido de la misma manera. Pero pagan un montón de dinero. Cuando conducía a casa, me decía: ‘¡Esto es robar!’”
Favre recordó la primera vez que visitó el Salón de la Fama, en 1993, antes de su tercera temporada como profesional. Los Empacadores jugaban ante los Raiders.
Lo que más recuerda, no es precisamente un ejemplo deportivo.