Misión posible en Arizona

SALT RIVER FIELDS, ARIZ
Diamondbacks ocupa que su cuerpo de lanzadores responda como se esperaba
Como si fuera una maldición, los Diamondbacks de Arizona sólo necesitaban un pitcheo decente, ni siquiera estelar, para competir en la Liga Nacional. Necesitaban lanzadores que pudieran respaldar a la tercer mejor ofensiva y a la mejor defensiva del circuito. Y ni eso obtuvieron.
Lo peor es que tenían la materia prima: De nombres como Zack Greinke, Patrick Corbin y Shelby Miller, se podía esperar que al menos no regalaran los juegos. Pero no, en ese sentido todo le salió mal a los Diamondbacks.
Las efectividades de los cuatro lanzadores que se mantienen en la rotación para esta temporada se dispararon considerablemente de 2015 a 2016. La de Robbie Ray pasó de 3.52 a 4.90, la de Corbin de 3.60 a 5.15, la de Miller de 3.02 a 6.15 y por supuesto el cambio más drástico en el hombre de los 206 millones de dólares, Greinke, quien pasó de permitir 1.66 carreras limpias por cada nueve entradas en 2015 a 4.90 en 2016.
Ese retroceso le costó el trabajo a Chip Hale y ahora llega el inexperto Torey Lovullo a hacerse cargo del equipo. Lovullo sabe un par de cosas sobre el negocio tras pasar cuatro años como coach de banca de John Farrell en los Red Sox. Y espera que ese aprendizaje le haya brindado lo suficiente para convertir en fortaleza el punto más débil de su equipo.
Y van a necesitar de su pitcheo, del peor pitcheo de Grandes Ligas, pues su bullpen dio un paso atrás con la salida de Brad Ziegler y ahora está en las delicadas manos de Fernando Rodney y de un cuerpo de relevista que se mantuvo a tono con los abridores al brindar una temporada de espanto.
El bullpen es mucho más difícil de corregir, especialmente al considerar que los abridores reciben la ayuda de Taijuan Walker, recién desempacado de Seattle para anclar una rotación que podría lucir completa. O no. Nunca se sabe en Arizona.
A la ofensiva no existe ninguna duda, con A.J. Pollock de regreso en la parte superior del lineup y un sector medular encabezado por Paul Goldschmidt, Jake Lamb y Yasmani Tomás, hay pocas dudas de que los Diamondbacks van a fabricar carreras.
Simplemente no existe ofensiva en este mundo capaz de anotar más de lo que permitieron sus pitchers el año pasado. Pero los nombres están ahí. Lovullo solo debe llevarlos de regreso o Arizona habrá dejado ir una buena oportunidad de competir con una de las nóminas más bajas de Grandes Ligas.
Los Diamondbacks sufrieron uno de esos extraños casos en el mundo del béisbol en 2015, cuando sumaron a una de las grandes estrellas del deporte, Zack Greinke, solo para perder 10 juegos más que la temporada previa. Esta campaña, la apuesta de Arizona nuevamente está en el pitcheo al sumar a Taijuan Walker para incorporarse a una rotación talentosa, pero que no ha dado la producción esperada, especialmente al tomar en cuenta que tiene el respaldo de la tercera mejor ofensiva de la Liga Nacional.