La derrota por 47-9 ante los Leones de Detroit en el cumpleaños de Jerry Jones, propietario de los Vaqueros, dejó un sabor amargo en la boca de los aficionados. La paliza fue la peor derrota en casa en la era de Jones, que comenzó en 1989, y la peor en el AT&T Stadium, que se inauguró en 2009.
A pesar de la debacle, Jones ha salido a declarar que no considera un cambio de entrenador. La presión aumenta, pero el mandamás de los Vaqueros confía en su equipo. El mariscal de campo Dak Prescott, por su parte, ha mostrado su apoyo al entrenador: "Iré a la guerra por ese tipo, con ese tipo, todos los días", dijo Prescott después de lanzar dos intercepciones y terminar con un índice de pasador de 42.2, el segundo peor de su carrera.
El único rayo de luz en la derrota fue la actuación de KaVontae Turpin, quien tuvo un regreso de patada de salida de 79 yardas que permitió a Dallas anotar un gol de campo en los últimos segundos de la primera mitad. Turpin promedió 48.5 yardas en cuatro regresos de patada de salida, la mejor marca de la franquicia.
Los Vaqueros (3-3) enfrentan una semana de descanso antes de visitar a los 49ers de San Francisco, un equipo que les ganó en la temporada pasada. La incógnita ahora es si la pausa servirá para que los Vaqueros recuperen el rumbo o si la crisis se profundizará.