Dos equipos con sed de victoria, con la historia de la NBA latiendo en sus venas, se enfrentaban en una lucha por la supremacía.
Kevin Durant, con su característica elegancia y precisión, lideró la ofensiva de los Suns, anotando 26 puntos. Sin embargo, la noche no solo se trataba de él. La estrella de los Suns, Jusuf Nurkic, demostró su valía con un doble-doble de 15 puntos y 10 rebotes. Su actuación fue clave para el triunfo de Phoenix.
La tensión se palpaba en el ambiente. A falta de segundos para el final, el marcador reflejaba un empate 113-113. Los Mavericks, comandados por el talentoso Luka Doncic, con 30 puntos, 7 asistencias y 7 rebotes, parecían tener el control. Sin embargo, un movimiento estratégico de Durant le cedió la pelota a Nurkic, quien clavó la bola en el aro con una fuerza impactante, a 31 segundos del final.
La euforia de Phoenix se vio truncada por un alley-oop de Doncic a Daniel Gafford, quien igualó el marcador. El corazón de los aficionados de los Suns se encogió. El tiempo se agotaba.
La tensión era palpable, el ambiente sofocante. Royce O'Neale, en un intento desesperado, falló un tiro, pero Nurkic, en un acto de determinación, logró capturar el rebote. En ese instante, mientras sonaba la bocina, varios defensores de Dallas le cometieron una falta, dándole la oportunidad de redimirse desde la línea de tiros libres.
Con la mirada fija en la canasta, Nurkic convirtió el segundo de los dos tiros libres, sellando la victoria para los Suns con un marcador final de 114-113. Doncic, en un último intento por salvar a su equipo, intentó un triple desesperado, pero el balón se fue por fuera. La victoria era de los Suns, dejando a los Mavericks con la amarga sensación de la derrota.