Según los reportes, el estadio, que tiene una capacidad para 80,000 espectadores y fue inaugurado en 2009, se encontraba mayormente vacío en el momento del suceso. Afortunadamente, no se registraron heridos, lo que permitió que el evento continuara sin mayores contratiempos. Una hora después, el techo fue cerrado sin problemas, aunque se están llevando a cabo revisiones para garantizar su seguridad en futuras aperturas.
Los vientos, que alcanzaron velocidades de hasta 30 mph durante el día, fueron identificados como un factor que contribuyó a este incidente. Este evento se produce poco después de que el receptor de los Cowboys, CeeDee Lamb, mencionara que el sol le había afectado la vista en un juego anterior, lo que generó preocupación sobre la orientación del estadio, que se extiende de este a oeste, a diferencia de la mayoría de los recintos deportivos.
En días soleados, la luz del sol puede ser un desafío, ya que brilla a través de las grandes ventanas de vidrio en el lado oeste durante la primera mitad de los partidos. Aunque se suelen utilizar cortinas para mitigar este problema, el propietario de los Cowboys, Jerry Jones, ha optado por no implementarlas, argumentando que ambos equipos deben jugar bajo las mismas condiciones.
Este incidente ha puesto de relieve la importancia de la seguridad en los estadios y la necesidad de realizar revisiones constantes para evitar situaciones similares en el futuro. Con la temporada en pleno apogeo, los aficionados esperan que el Estadio AT&T continúe siendo un lugar seguro y emocionante para disfrutar del fútbol americano.```