El foco de atención: los Washington Commanders y su anhelado nuevo estadio. Resulta que las esperanzas del equipo de la NFL de utilizar el terreno del antiguo estadio RFK, icónico lugar que albergó al equipo entre 1961 y 1996, se han desvanecido.
Josh Harris, propietario mayoritario de los Commanders, junto con el comisionado de la NFL, Roger Goodell, habían realizado intensas gestiones en el Capitolio para asegurar la transferencia de este terreno del gobierno federal al Distrito de Columbia.
Pero un giro inesperado en el proyecto de ley de gastos, modificado a última hora debido a las críticas de figuras como Donald Trump y Elon Musk –quienes rechazaron el paquete inicial que otorgaba el terreno al Distrito de Columbia por 99 años–, eliminó la disposición clave que permitiría esta transferencia. Este cambio, anunciado el jueves, representa un importante revés para los planes del equipo.
El silencio ha reinado tras este acontecimiento. Un portavoz de los Commanders no ha ofrecido declaraciones, y las consultas a la NFL, la oficina de la alcaldesa de D.C., Muriel Bowser, y al representante republicano James Comer (quien inicialmente presentó la legislación), no han obtenido respuesta inmediata. La opacidad rodea las negociaciones, dejando a los fanáticos y analistas con más preguntas que respuestas.
Mientras tanto, la búsqueda de una nueva casa para los Commanders continúa. Se están considerando varias locaciones en el Distrito de Columbia, Maryland y Virginia. Su actual arrendamiento en el estadio FedExField en Landover, Maryland, expira en 2027, y Harris ha declarado que 2030 es un “objetivo razonable” para la inauguración de un nuevo estadio. Para Harris, Rales y Ein, crecidos viendo jugar a los Redskins en el RFK, la nostalgia probablemente se mezcla con la pragmática búsqueda de una ubicación adecuada para la franquicia.
La situación deja en evidencia la complejidad de las negociaciones inmobiliarias a gran escala, particularmente en un contexto político tan volátil. El futuro de los Commanders, al menos en cuanto a su nueva casa, sigue siendo incierto.