Se respira la pasión de los fanáticos, ese fervor inigualable que solo el béisbol puede generar.
Pero hay un nombre que resuena con más fuerza que otros en las conversaciones previas a la temporada: Teoscar Hernández. El jardinero dominicano, pieza clave en el triunfo de la Serie Mundial, ha extendido su vínculo con los Dodgers de Los Ángeles. No se trata solo de un contrato; es una declaración de intenciones.
Su nuevo acuerdo, un jugoso contrato de 66 millones de dólares por tres años, supera incluso otras ofertas significativamente más altas. Hernández mismo lo confirmó: “Tenía claro en mi mente que quería volver y haría todo lo que estuviera en mi poder para hacerlo posible y regresar con los Dodgers”, afirmó el jugador, desvelando que otras propuestas le habrían significado entre 5 y 6 millones de dólares adicionales.
¿Pero qué tiene Los Ángeles que otras franquicias no ofrecen? Para Hernández, la respuesta es sencilla: “Me dan la confianza. Realmente no la obtuve en otros lugares. Confían en todo lo que puedo darles. Eso fue una de las cosas más importantes para mí”. Un respaldo, una fe ciega en sus capacidades que transciende lo meramente económico.
Su rendimiento en la temporada pasada fue excepcional: 33 jonrones, 99 carreras impulsadas y un promedio de bateo de .272 en 154 juegos. Un logro coronado con el título de All-Star y la victoria en el derby de jonrones. A esto se suma su tercer Silver Slugger, un reconocimiento a su consistencia y talento.
El impacto de Hernández va más allá de las estadísticas. “No se trata solo de tener a los jugadores más talentosos. Tienes que ser bueno en el campo y tienes que jugar el juego de cierta manera… Teo marcó todas las casillas”, dijo el mánager Dave Roberts, destacando su valor como líder y compañero de equipo. Una opinión que comparte el gerente general, Brandon Gomes: “Siempre puso al equipo primero… y podía poner al equipo primero, calmar los nervios y hacer lo que fuera necesario en esa situación”.
Para esta nueva temporada, Hernández se ubicará en el jardín derecho, junto a Mookie Betts en el campocorto y Michael Conforto en el izquierdo. Un equipo sólido, con una alineación de ensueño y la fuerza impulsora de un jugador que no solo busca un campeonato, sino que se siente parte fundamental del equipo.
El apoyo de la afición, crucial para Hernández, se convirtió en un factor determinante en su decisión. “Aprecio desde el primer día que llegué aquí que los aficionados de los Dodgers me animaron… Cuando tienes ese apoyo como jugador, tienes que dar el 110 por ciento todos los días”, concluye el jugador, dejando claro que su compromiso con los Dodgers va mucho más allá del diamante.