En Foxborough, Massachusetts, la atención se centró en los Patriots de Nueva Inglaterra y su enfrentamiento contra los Bills de Buffalo. Un partido que, a priori, parecía un mero trámite, resultó ser mucho más significativo de lo anticipado. Para los Patriots, la posibilidad de obtener la primera selección general del próximo draft estaba en juego, un premio muy codiciado en la NFL.
El debut de Joe Milton III en la NFL fue uno de los puntos focales del encuentro. El joven mariscal de campo demostró su talento con un rendimiento notable. Milton conectó 22 de 29 pases para 241 yardas, incluyendo un pase de touchdown. Además, sumó otro touchdown por tierra, mostrando versatilidad y aplomo en su primera aparición en la liga profesional. Su actuación superó las expectativas, convirtiéndose en la estrella inesperada del partido.
Por otro lado, Kayshon Boutte brilló con siete recepciones para 117 yardas y una anotación, demostrando ser una pieza clave en el ataque de los Patriots. La efectividad de los Patriots se vio reforzada por la precisión de Joey Slye, quien concretó tres goles de campo, contribuyendo decisivamente a la victoria.
En contraste, los Bills, quienes ya tenían asegurada su posición en los playoffs, optaron por darle descanso a la mayoría de sus jugadores titulares. Mitchell Trubisky, quien lideró el ataque de Buffalo, completó 15 de 21 pases para 101 yardas, pero la falta de sincronía en el equipo se hizo evidente.
La victoria de los Patriots por 23-16, además de romper una racha de seis derrotas consecutivas, tuvo un efecto inesperado en la tabla general. En lugar de obtener la primera selección del draft, los Patriots se ubicaron en el cuarto lugar, detrás de Tennessee, Cleveland y los Giants de Nueva York. "Fue un partido con muchos matices, donde incluso el futuro del entrenador Jerod Mayo estuvo en entredicho," comentó un analista de la NFL. Una victoria agridulce para los Patriots, que mezcla el sabor de la victoria con la incertidumbre sobre el futuro.
La ausencia de jugadores clave en ambos equipos, como Rhamondre Stevenson y Hunter Henry por los Patriots, y la decisión estratégica de los Bills de reservar a sus titulares, añade complejidad a la narrativa del juego. Fue una tarde en la que la estrategia, la suerte y el talento joven se combinaron para definir un resultado que nadie, al principio, previó.