Pero el ambiente gélido no parece intimidar a este equipo acostumbrado a batallar contra la adversidad, un equipo con una historia rica en victorias en condiciones extremas.
La próxima parada: Buffalo. Un viaje a territorio enemigo para enfrentarse a los Bills en un partido de playoffs donde la nieve podría ser un factor determinante. Marlon Humphrey, cornerback de los Ravens, lo toma con calma: “Siempre he querido jugar con unos tres pies de nieve...” No parece preocuparse por el clima extremo, confiando en la experiencia del equipo en situaciones similares.
La estadística habla por sí sola. Los Ravens tienen un historial notable en partidos de postemporada fuera de casa. Bajo el mando de John Harbaugh, han logrado ocho victorias como visitantes en playoffs, una cifra que supera a cualquier otro equipo en los últimos 17 años. Su récord general en playoffs fuera de casa es de 11-8, mientras que como locales apenas llegan a 5-5. Esto contrasta con su éxito en dos Super Bowls y su constante presencia en la postemporada.
Recordemos sus triunfos épicos: la victoria en Tennessee en 2000, la remontada en Denver, conocida como el “Milagro de la Milla de Altitud”, en 2012… Experiencias que han forjado un espíritu indomable en la franquicia. Este año, la victoria ante Pittsburgh en los playoffs significó apenas su quinta victoria en casa en la historia de la franquicia en esta instancia; un dato que revela la dificultad de triunfar en casa, en comparación con su rendimiento fuera de ella.
El reto en Buffalo no se limita al clima. La presión del ambiente, el ruido ensordecedor de la multitud, la necesidad de una comunicación impecable en medio del caos… todo esto representa un desafío tanto para la ofensiva como para la defensiva. Como lo afirma el entrenador Harbaugh: “Tienes que operar bajo presión. La presión del oponente, también es la presión del ambiente...”
Sin embargo, la actitud del equipo es de firmeza. Roquan Smith, linebacker de los Ravens, lo resume con concisa determinación: “Se trata de jugar al fútbol americano. Puede ser en una pista de cemento, puede ser donde sea. No me importa si es negativo. Vamos a estar listos, y créanme, el frío no será un factor en absoluto”. Una declaración que resume la mentalidad del equipo ante un desafío de proporciones épicas: conquistar Buffalo en su propio territorio y avanzar un paso más hacia el Super Bowl.