Mets vencen 4-1 a Cardenales: Jonrón de Vientos y gran labor de Canning

Pero la noche pertenecía a los Mets. Mark Vientos, con un potente batazo, inauguró el marcador con su primer jonrón de la temporada. Este cuadrangular, un misil que surcó el cielo neoyorquino, desencadenó una reacción en cadena en la segunda entrada. Brett Baty y Francisco Lindor sumaron sencillos productores, con Tyrone Taylor anotando la cuarta carrera del equipo. Aunque Lindor fue retirado en un intento de robo de base, su contribución al ataque fue innegable, finalizando la noche con un sólido 4-3, incluyendo una impulsada.
En la lomita, Griffin Canning demostró una resistencia admirable. Lanzando apenas dos días después de superar una enfermedad que lo obligó a abandonar una apertura en Minnesota, Canning fue una muralla impenetrable. "Fue una salida difícil, pero logré superarla", dijo el pitcher luego del juego. Su actuación, de seis entradas, una carrera permitida y tres hits, se vio adornada con ocho ponches –todos concentrados en sus últimos 16 bateadores–. Su esfuerzo culminó con un impresionante total de 102 lanzamientos, la mayor cantidad para un lanzador de los Mets en lo que va de temporada y su mayor registro desde el 29 de septiembre pasado (105 lanzamientos con los Angelinos).
El cierre del juego estuvo a cargo de Edwin Díaz, quien, tras otorgar una base por bolas a Nolan Arenado, demostró su clase al retirar a los tres siguientes bateadores para asegurar su cuarto salvamento de la campaña. Mientras tanto, Andre Pallante, por los Cardenales, tuvo una salida donde predominaron los rodados, con 13 outs obtenidos de esta forma a lo largo de seis entradas lanzadas, aunque terminó cediendo cuatro carreras y siete hits.
En cuanto a las actuaciones individuales, vale la pena destacar la participación de algunos jugadores latinoamericanos: Lindor (4-3), Starling Marte (3-1, una anotada), y las presencias de Juan Soto (3-0), Luis Torrens (3-0) y los venezolanos Willson Contreras (3-0) y Pedro Páez (3-0).
La victoria de los Mets, un triunfo cimentado en lanzamientos precisos, bateo oportuno y una pizca de esa magia neoyorquina, quedó sellada en un marcador final de 4-1.