Ancelotti: El desafío de resucitar a Brasil para el Mundial 2026

La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció el lunes pasado la contratación del italiano, quien dejará el Real Madrid para asumir las riendas de la “Seleção” a partir del 26 de mayo. El presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, se mostró exultante: “Llevar a Carlo Ancelotti al frente de Brasil es más que una decisión estratégica… Es el mejor entrenador de la historia y ahora dirige a la mejor selección nacional del planeta”.
Sin embargo, el optimismo de Rodrigues contrasta con la realidad de un equipo que ocupa un preocupante cuarto lugar en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026, tras una humillante derrota 4-1 ante Argentina. El desafío para Ancelotti es monumental: en menos de una docena de partidos deberá reconstruir la confianza y la identidad de un equipo golpeado por la inconsistencia.
Las áreas problemáticas son múltiples. En primer lugar, la defensa. Desde el Mundial de Qatar, Brasil ha recibido 31 goles en 25 partidos, una cifra alarmante si se compara con los 81 partidos de la era Tite, donde solo recibió 30. La falta de consistencia en los laterales es un punto crítico, y la dupla central de Marquinhos y Gabriel Magalhães no ofrece garantías absolutas. Incluso la portería, con la lesión de Alisson y Ederson, presenta un problema.
El mediocampo también requiere una cirugía mayor. La ausencia de un creador de juego eficiente ha limitado el potencial ofensivo de figuras como Vinicius Júnior y Raphinha. Lucas Paquetá, una opción prometedora, enfrenta acusaciones de manipulación de apuestas, mientras que otros jugadores como Rodrygo, Andreas Pereira y Gerson no han mostrado la consistencia necesaria.
Por último, la dependencia de Neymar, quien se recupera de una grave lesión, es un factor de riesgo. Aunque Ancelotti ya ha mantenido conversaciones con él y con Casemiro, ambos veteranos de 33 años, el entrenador deberá desarrollar estrategias que funcionen tanto con ellos como sin ellos. La falta de sucesores claros en ambas posiciones es un reto adicional.
Más allá del campo, el panorama es complejo. La CBF enfrenta desafíos legales, y la impaciencia de la afición brasileña es un factor a considerar. Incluso, la clasificación al Mundial peligra, aunque improbable. Ancelotti, con su experiencia y su reputación, intentará reescribir la historia de la Seleção; pero la tarea es, sin duda, hercúlea.
La historia reciente no es alentadora. Brasil solo ha ganado un Mundial siendo favorito (1962), y en 2001, un año antes de su último título mundial, fue eliminado por Honduras en la Copa América con estrellas lesionadas. Ancelotti seguramente estudiará el pasado, pero la presión del presente es innegable.