Trump levanta el trofeo del Mundial 2026 en la Casa Blanca y desata polémica

En una reunión con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, Donald Trump confirmó que el sorteo de grupos se realizará el 5 de diciembre en el Kennedy Center de Washington. "Es el evento más grande en deportes, probablemente", declaró el mandatario, quien no descartó participar activamente en la ceremonia. Infantino, por su parte, bromeó sobre la posibilidad: "Discutiremos cómo involucrarlo... después de todo, él es un ganador".
El detalle que generó revuelo ocurrió cuando el trofeo dorado fue colocado frente a Trump. Contra toda tradición futbolística —que considera mala suerte tocarlo antes de ganarlo—, el presidente lo levantó sin reparos: "Es bastante pesado... y encajaría perfecto aquí", dijo señalando sus decoraciones doradas. Una acción simbólica que contrasta con la advertencia del propio Infantino: "Este premio es solo para campeones".
Claves del anuncio:
El episodio del trofeo, más allá del gesto protocolario, revela la estrategia de marca personal de Trump. Desde su llegada al Kennedy Center —ahora bajo su control administrativo— hasta el guiño de rebautizarlo con su apellido, cada movimiento parece calculado. Infantino, consciente del juego, le ofreció el rol de anfitrión global: "Usted pone el escenario, nosotros el espectáculo".
Mientras el trofeo abandonaba la Casa Blanca —sin que ningún jugador lo tocara—, quedó flotando una pregunta: ¿Será este Mundial recordado por el fútbol o por la sombra política que lo rodea?