Fallece Santos Alomar, leyenda del béisbol y patriarca de una dinastía

Santos Alomar, cuyo legado no solo se midió en bases robadas o jugadas espectaculares, sino en forjar una dinastía familiar que marcó el deporte, falleció a los 81 años. La noticia, confirmada por los Guardianes de Cleveland, conmocionó a una industria que aún recuerda su paso firme por las Grandes Ligas y su posterior rol como mentor.
"Lamentamos profundamente el fallecimiento de Santos Alomar, figura emblemática del béisbol nacional y patriarca de la reconocida familia Alomar", declaró la Federación Puertorriqueña de Béisbol en un mensaje cargado de nostalgia. Por su parte, las Grandes Ligas destacaron su doble contribución: como jugador ágil en los años 60 y 70, y luego como estratega desde los bancos.
Nacido en Salinas, Puerto Rico, Alomar firmó su primer contrato profesional con los Bravos de Milwaukee por apenas $12,000, una cifra que hoy parece irrisoria pero que entonces representaba el sueño de todo pelotero caribeño. Su debut en 1964 fue el inicio de un recorrido por seis equipos, donde dejó huella no con bateos explosivos, sino con:
Su sangre beisbolera floreció en sus hijos: Sandy Jr., receptor seis veces All-Star, y Roberto, miembro del Salón de la Fama con 10 Guantes de Oro. En 2003, tuvo el honor de dirigir al primer equipo puertorriqueño de profesionales en el Clásico Mundial, cerrando un círculo que empezó décadas atrás en los campos de tierra de Salinas.
Más que estadísticas, Alomar deja una estela de respeto en dos islas: la que lo vio nacer y la de béisbol, donde su apellido sigue escrito con letras doradas.