Los Ángeles, ca
Su compañero estaba preso y ella criaba sola tres hijos y trataba de abrirse paso en el mundo del espectáculo, cuando un día un hombre acompañado por otros dos individuos la siguió en su auto y la violó. Jenni Rivera dice que se resistió inicialmente, pero luego dejó que la violasen porque pensó que si no la matarían y sus hijos se quedarían solos.
El dramático relato aparece en la quinta página y fija el tono para “Inquebrantable: Mi historia, a mi manera”, una autobiografía en la que la cantante repasa sus grandes éxitos y los numerosos tragos amargos que tuvo que superar.
Si hubiera comenzando por otro capítulo, hubiera sido igual de impresionante. Página tras página, la hoy fallecida cantante habla con gran franqueza de sus grandes adversidades y de cómo llegó a levantarse y hacerse respetar, a triunfar en grande en la música.
Publicada por la editorial Atria Books, una división de Simon & Schuster, Inc., “Inquebrantable: Mi historia, a mi manera” (“Unbreakable: My Story, My Way”, en inglés) es una oda a la esperanza narrada por una mujer que es sinónimo de lucha, tesón y triunfo.
“Quería que la gente supiera que una puede ser bella a su manera, que una puede ser fuerte, educarse, luchar por tener su propia carrera. Y que ser una madre soltera no es algo para avergonzarse”, escribe Rivera. “Es un orgullo levantarse cada mañana, empujar a tus niños hacia adelante y vivir tu vida sólo por ellos. Quería que todo eso fuera reconocido y aceptado. Quería que las mujeres en todas partes pudieran decir: ‘Oye, yo puedo hacer eso’’’.
La biografía de 220 páginas mantiene la voz franca y directa de Rivera, quien murió el pasado diciembre en un accidente aéreo en México. Trasluce su personalidad generosa y cariñosa como madre, hija y hermana, así como su devoción por Dios y su amor por sus admiradoras.
También incluye groserías y revelaciones que no cualquiera quisiera hacer o escuchar, como los esfuerzos de su madre por abortarla y toda una historia de abusos. Sin embargo, habla poco de su lado empresarial y no dice la razón por la cual pidió el divorcio al pelotero Esteban Loaiza.
“Decir la verdad sería algo horroroso”, dice la intérprete de éxitos como “Mariposa de barrio”, “Culpable o inocente” y “Ovarios”.
Revela que su hija Jacqui también pudo haber sido abusada sexualmente por su padre, Trinidad Marín, pues al examinarla se hallaron indicios de abuso. Marín está purgando una condena de por lo menos 30 años por abusar sexualmente de su hija con Rivera, Chiquis, y de la hermana de la cantante.
Rivera, que según la editorial estuvo escribiendo su biografía durante años, abarca casi toda su vida, aunque en los últimos capítulos no ahonda como en los primeros.
“Inquebrantable” fue escrito en inglés y traducido al español. Ambas versiones salieron a la venta el martes, mismo día en que Rivera hubiese cumplido 44 años.
Las reseñas estuvieron embargadas hasta el miércoles porque la editorial negoció un lanzamiento de exclusividad con NBC-Telemundo.
Rivera habla con lujo de detalles sobre Long Beach, el barrio pobre donde creció y donde aprendió a defenderse y a cultivar un espíritu combativo.
Su primer trabajo pagado fue a los 14 años, rellenando carteras de mujeres con papel para que luzcan bien. Siguió estudiando a los 15 años, luego de quedar embarazada de su primera hija. Dos años después, mientras era víctima de abuso doméstico, trató de suicidarse con medicamentos.
Pese a estas adversidades, logró graduarse de la secundaria y llegó a ir a la Universidad Estatal de California en Long Beach. Pero el abuso doméstico no cesó y cuando estuvo embarazada de su segunda hija, su pareja incluso le pateó en el estómago.
Tras lograr sus primeros éxitos, “La Chacalosa” y “Las malandrinas”, vendió boletos por internet y los entregó puerta por puerta, junto a familiares y su manager, Pete Salgado, para su primer gran concierto en el Anfiteatro Ford de Los Angeles, en el 2003.
También revela que “La gran señora” fue inspirada no en ella sino en su madre, a quien amaba mucho y por esas fechas había contado a sus hijos que se divorciaría.
“Todos los medios pensaron que se trataba de mí y nunca los corregí porque no quería que los problemas de mis padres salieran al público”, dice la cantante.
Reitera la unidad de su familia y destaca los lazos de sus hermanos con el bajo mundo. Cuenta, por ejemplo, cómo alguien le ofreció a su hermano Juan matar a Marín en la cárcel por 15.000 dólares.
“Pero no lo podía hacer, no podía tener eso en mi conciencia. Y no podía hacerles eso a mis hijos”, dice la artista.
En general, Rivera lo cuenta todo: la sentencia de su segundo esposo por tráfico de drogas, el par de ocasiones en que agredió a sus admiradores, el escándalo por un video en el que aparece teniendo relaciones sexuales y su arresto en el aeropuerto de la Ciudad de Mexico por no declarar que llevaba consigo más de 50.000 dólares en efectivo.