México, DF
Soy bonita, siempre lo he sido y la verdad es que no es gran cosa para mí, de hecho, ha formado gran parte en mi contra, en mi vida”, dice Ludwika Paleta.
Bueno, en realidad no es ella, sino su personaje en la puesta en escena Razones para ser bonita, que estrena el viernes en el Teatro San Jerónimo.
Cualquier parecido con lo que ella pudiera decir en su vida privada está lejos de la realidad. Pero acepta que su rostro, el cual sobresale en México ha sido ocasionalmente un hándicap negativo. “Ha jugado en contra mía para ciertos personajes que no tienen mi tipo físico y a veces los directores se casan con su idea de cómo se deben de ver y no se dan cuenta que los actores tenemos un rango físico, podemos cambiarnos el color de ojos o del cabello, o incluso hacer algo con el físico.
“Tienen esta idea de que soy como me ven en las revistas, y cuando me despierto, no soy así”, señala.
La obra Razones para ser bonita, en la que también actúa Luis Gerardo Méndez, Sophie Alexander y Arturo Barba, asegura la actriz, le ha dado oportunidad de decir un texto inteligente sobre lo que es la belleza.
En su vida ha experimentado que tener un rostro que llama poco común pasa algo similar a ser famosa: la gente no se da cuenta que, atrás de todo, hay un ser humano... “Que está de buenas, de malas o cansada; ¡una vez una persona me despertó en el avión para tomarme una foto!”, recuerda.
CONTRA SU FÍSICO
Así como Ludwika, sus compañeros de reparto han sufrido por su físico.
Méndez, quien ahora es uno de los actores más conocidos por el éxito de Nosotros los nobles dice que nota cierta decepción cuando lo ven en persona. “Me dicen que pensaba que era más alto”.
En la obra, su personaje es quien comienza la trama al dar un comentario sobre el físico de su novia.