Los Ángeles
Hugh Jackman ha pasado mucho tiempo interpretando a Wolverine, pero hasta el actor australiano se da cuenta de su imagen bonachona.
Ya sea porque no se ha alejado de los musicales, en Broadway y en “Los Miserables”, o porque es un hombre de familia feliz, no es la primera persona en la que la gente piensa para interpretar a un ex alcohólico furioso tratando de sobrevivir en situaciones adversas.
Así es su personaje en el drama “Prisoners”, que debutó en el Festival Internacional de Cine de Toronto y que Warner Bros. estrena comercialmente el 20 de septiembre. Es un nuevo tipo de papel para Jackman: un padre de familia cegado por la furia que trata de encontrar a su hija desaparecida cueste lo que cueste.
“Siempre busco trascender los límites de lo que la gente piensa que debo o puedo hacer”, dijo Jackman en una entrevista. “No me gusta que me etiqueten. Uno de los lados negativos de estar en contacto con la prensa, lo que es una necesidad, es que los medios y el público dicen ‘Ay, es ese tipo de hombre es un hombre de familia, una persona agradable’. O cualquier etiqueta que te pongan, y eso es lo más difícil de superar para un actor”.
Jackman reconoce que ese es “uno de los gajes del éxito”. Pero el año que necesitó para prepararse para el personaje habla de su gran deseo por superar las expectativas del público.
“Como actor”, dice, “fue uno de esos papeles en los que dices ‘OK, esto es algo que no he hecho antes, es algo que me hará crecer’. Exige una intensidad que no he tenido antes”.
Dirigida por el cineasta canadiense Denis Villeneuve (“Incendies”), la película sigue la búsqueda desesperada del secuestrador de dos niñas. Cuando el principal sospechoso (Paul Dano) es liberado por el detective de la policía a cargo del caso (Jake Gyllenhaal), el padre interpretado por Jackman (“casi al estilo de Charles Bronson”, dice) lo busca y lo tortura.
“Le pareció que era el momento perfecto para él después de interpretar al superhéroe y al tipo agradable en muchos papeles”, dijo Villeneuve sobre Jackman. “Es un actor muy poderoso y fuerte. Estaba listo para entrar en ese terreno”.
La película también es una alegoría clara a asuntos políticos, pero presentada en un nivel doméstico. Gyllenhaal, cuya búsqueda es racional y metódica en comparación con la furia maniaca y moralmente cuestionable de Jackman, comparó ambos personajes: “Somos el lado derecho y el izquierdo del cerebro de esta película. Somos la cabeza y el corazón”.
Jackman, quien tiene dos hijos con su esposa Deborra-Lee Furness, se preparó para el papel acercándose a historias de secuestros y la mente de los sobrevivientes. Aunque su propia experiencia como padre también le dio mucho, prefirió una técnica de actuación con una perspectiva desde fuera de él.
“Es peligroso excavar en tu propia familia”, dice Jackman. “En el fondo los actores harán lo que sea, pero si uno puede llegar a ese punto sin hacerlo, solamente usando su imaginación. Si sólo usas tus experiencias de vida obviamente te estás limitando”.
El actor de 44 años recuerda conmovido las pocas veces que no ha podido encontrar a sus hijos por algún momento. Una vez estaba en la playa Bronte de Sydney cuando no aparecía su hijo.
Comenzó a entrar en pánico. Y para colmo había paparazzi tomándole fotos. Mientras Jackman iba entre un parque y la playa ignoraba sus gritos.
“Hasta que un tipo dijo, ‘¡Hugh, está en el árbol!’’’, dijo Jackman. “Nunca había estado más feliz de que los paparazzi me hayan seguido. Les dije: ‘Aquí estoy para cualquier cosa que se les ofrezca’’’.