México, DF
Por medio de comedias como “Por ella soy Eva” y “La fea más bella” la productora Rosy Ocampo ha roto paradigmas de las telenovelas mexicanas presentando personajes arriesgados en situaciones que no cumplen con la típica historia de “La Cenicienta”. Su nueva producción, “Qué pobres tan ricos”, promete seguir por esta línea.
En la comedia romántica, con un elenco encabezado por Jaime Camil y Zuria Vega, Ocampo presenta la versión mexicana de la telenovela colombiana “Pobres Rico”, sobre una familia millonaria que se queda sin dinero y tiene que aprender la riqueza de vivir como una familia pobre.
“Juntos van a descubrir el verdadero valor de la vida y de la familia”, dijo Ocampo.
La idea se la planteó el mismo Camil cuando ambos grababan “Por ella soy Eva”. Durante su caracterización, que tardaba unas dos horas diarias, el actor aprovechaba para actualizarse leyendo noticias y recibir llamadas telefónicas, como la de una amistad colombiana que le recomendó ver la telenovela por considerarlo un reto excelente para el actor.
“Jaime no tiene miedo a hacer personajes difíciles, al ridículo, a reírse de sí mismo, es un actor en ese sentido totalmente comprometido”, dijo Ocampo en una entrevista telefónica reciente.
Tras conocer la historia, la productora encargó a los jóvenes escritores Pedro Rodríguez, Alejandra Romero y Humberto Robles la adaptación mexicana y el argumento quedó listo para ser interpretado por un elenco que completan la experimentada Silvia Pasquel, Manuel “Flaco” Ibáñez y Mark Tacher. Y el 11 de noviembre por el Canal 2 de Televisa, bajo el nombre de “Qué pobres tan ricos”, se estrena la serie.
“Arranca con la familia aristócrata desunida, desintegrada”, adelantó la productora. “En el momento en el que se quitan todas las máscaras, que ya no hay nada, ni de posición social, encuentran el verdadero valor de la vida”.
Una historia similar se presentó hace poco en la popular película “Nosotros los nobles”, pero Ocampo considera que ambos ejemplos son una visión reciente a una problemática que por años ha afectado a México, creando diferencias abismales entre ricos y pobres.
“La esencia de esta historia sí puede tener mucho en común con ‘Una familia con suerte’, con ‘Los Berverly de Peralvillo’ y lo mismo con ‘Nosotros los nobles’, pero cada uno es un producto diferente. Además, en el caso de una novela estás hablando de 120 a 130 horas, (equivale a) 60 películas, nunca es lo mismo”, dijo la productora. “Tiene que haber cosas totalmente diferentes, que te hagan engancharte con una realidad del país, con una realidad que está uno viviendo. Pero muchas veces si lo ves de manera cómica es más fácil que te relaciones que sí lo ves en un drama profundo”.
La adaptación mexicana de “Pobres Rico” se dio especialmente en el aspecto popular. Mientras que en la versión colombiana los personajes suelen jugar al tejo, en México el patriarca de la familia de clase baja es un ex astro de lucha libre. La trama se desarrolla casi completamente en la capital mexicana.
“Es una novela totalmente urbana, justamente porque la Ciudad de México es una ciudad de altos contrastes, que tiene la parte muy rica y la parte muy pobre”, dijo Ocampo.
Este retrato de clases se suma a las historias atrevidas que Ocampo trata de presentarle al público, siempre con un toque de comedia, en las que pueden caber protagonistas femeninas fuera de los cánones de belleza (“La fea más bella”) o galanes que para conquistar su amor tienen que aprender a ver el mundo como una mujer, haciéndose pasar por una fémina (“Por ella soy Eva”).
“A nosotros siempre nos ha gustado dejar un mensaje positivo. Por ejemplo, en en esta novela es el ser contra el tener, en donde hay una reflexión donde lo más importante es el ser, son los valores, la espiritualidad, la familia”, dijo Ocampo.