Los Ángeles, Ca.
A sus 19 años, ha pasado de ser un ídolo del pop ligero, casi “baby”, a figura de escándalos eróticos con su reciente gira.
Su historial de adicción a las drogas y al alcohol, causada por los abusos de los que fue víctima por parte de su padrastro, le provocaron depresión y que los demás la incitaran a interrumpir su embarazo, siendo una adolescente.
Pero en ese mundo tan hostil, la única esperanza que tenía Pattie Mallette, siendo madre soltera, es que el bebé que esperaba tuviera un mundo mucho mejor que el de ella, y así fue.
Hoy, a sus 19 años, su hijo Justin Bieber ha alcanzado la popularidad tanto por su éxito comercial como por sus escándalos.
Justin vivía como un adolescente normal hasta que un ejecutivo descubrió en YouTube el video con el que ganó el segundo lugar de un concurso con la canción “So Sick”, de Ne-Yo. El ejecutivo lo presentó a Usher, quien lo llevó al reconocimiento internacional al grado de que a la fecha ha vendido más de 15 millones de discos.
Con tan sólo 15 años lanzó su primer sencillo llamado “One Time” y comenzó a tenerlo todo, incluso a una novia que compartía sus éxitos, Selena Gomez.
Una voz dulce que lo hacía ser un niño bueno, con gestos como subir a su medio hermano al escenario o sorprender con momentos tiernos con su joven madre (que en un principio no quería que se dedicara al espectáculo por miedo a su futuro) hicieron de él una figura y ejemplo para miles de adolescentes, quienes consiguieron que el sencillo “Baby” fuera el video más visto por la página de internet YouTube.
Esta imagen coincidía con el look que manejaba en ese entonces: el fleco largo sobre la frente y una mirada inocente; ambos han cambiado a lo largo de los cerca de seis años que tiene de carrera artística.
Aunque es de pocos amigos, se le vio inseparable de los raperos Lil Twist y Lil Za, a quienes en el futuro acusó de robar sus joyas, y con quienes empezó a salir más de fiesta, al grado que terminó su relación con Selena en medio de versiones de infidelidad. Selena declaró que el rompimiento fue debido al ego y la soberbia por parte del ídolo juvenil.
Sumado a ello está el éxito que seguía cosechando al ser considerado por la revista Forbes, como el tercer famoso más poderoso del mundo. Tenía 18 años en ese momento. A esa misma edad se graduó de una institución católica en Stratford y siguió demostrando su amor por la religión al tatuarse la cara de Jesús en la pierna en uno de sus tantos modelos fijados al cuerpo.
Su ruptura con Gomez a principios de este año se dio a la par que el inicio de sus “travesuras” en todo el mundo.
Una constante han sido los encontronazos con los paparazzi (alguna vez su Ferrari atropelló a uno causándole la muerte, aunque después se informó que el cantante no iba en el auto), las variadas detenciones por conducir a exceso de velocidad, un video donde se le vio orinando en una cubeta de un restaurante, fotografías desnudo, escupiendo a sus fans desde un o fumando marihuana son algunas de sus aventuras.
Horas de retraso, la caída de su pantalón dejando ver su ropa interior, desvanecimientos y vómitos en sus shows han marcado su perfil desde que cumplió 18 años.
Pero en meses recientes, se ha sumado otro ingrediente: las mujeres.
En repetidas ocasiones se ha visto al fenómeno del pop (que recientemente incursionó en la rama del rap junto a Maejor Ali) visitando prostíbulos, discotecas y hasta pagando por recibir servicios especiales.
En su reciente visita por Brasil Tati Neves, a quien relacionan con el protagonismo en una cinta XXX, tomó un video despidiéndose de Bieber mientras él dormía.
Hace dos años otra chica declaró que Bieber era el padre de su hijo y le exigió hacerse cargo, a lo que él se negó.
Aún así, ha tenido que escapar de seguidoras que lo esperan afuera de los hoteles o en los aeropuertos; en mayo, se saltó la zona de pasaportes en Estocolmo para evadirlas, misma ciudad donde se encontraron drogas en maletas de su equipo.
Pero tiene una cómplice y fan incondicional: su abuela, a quien Bieber le bailó desnudo.
“Es insano lo que hacen los medios de comunicación con él porque los fotógrafos están siempre metiéndose con él”.