Sharon Stone sigue vigente
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El Diario de SonoraPasaron 30 años desde que Bajos instintos convirtió en estrella a Sharon Stone. Y después de 150 roles diferentes, sigue tan vigente con la serie Flight Attendant o la cinta What About Love, con Andy García. Recientemente recibió el premio Golden Eye en el Festival Internacional de Cine de Zúrich.
“En Bajos instintos yo era una perfecta desconocida. Recuerdo que cuando fui a Cannes, dejamos el hotel en un auto pequeño con mis dos mejores amigas que habían venido conmigo.
“Llegué a la alfombra roja y los paparazzi me veían a lo lejos. Entramos a la sala, vimos la película y cuando salí era un verdadero caos. Traté de volver al hotel con el auto, pero era imposible, estaba lleno de fans esperándonos.
“Al día siguiente me puse mi bikini, un traje para cubrirme y bajé a la alberca, algo normal. Pero al volver a la habitación no podía entrar. Se habían robado todo. Mi ropa, lentes de contacto, ropa interior, cepillo de dientes, todo. Sólo tenía lo que traía puesto. Me dijeron que tenía que salir del hotel, a uno más seguro, me sacaron por la puerta de atrás, pero también había miles de personas que ya habían visto Bajos instintos. Alguien corriendo, me pisó y me arrancó la uña del pie. Yo estaba sangrando, pero no podíamos parar. Subí al auto y la gente empezó a golpear el auto. No sabía qué hacer”, recordó asombrada.
“Ahora disfruto más las alfombras. La gente ya no me arranca la ropa ni tienen la necesidad de querer un pedazo de vestido ni tocar a un famoso, como antes. Hoy, con los teléfonos celulares, todos filman, sacan un selfie y nada más. Es todo distinto, la locura desapareció”.
Bajos instintos trataba sobre un asesinato investigado por un policía (Michael Douglas) y aparece una sospechosa muy seductora, Sharon Stone, incluyendo la polémica escena en medio del interrogatorio, cuando al descruzar las piernas muestra que no lleva ropa interior.
“Yo no quise el personaje de Bajos instintos porque era una mujer fatal. Me gustaba porque ella era brillante, complicada, porque para mí era una completa psicópata”, dijo.
Me parecía fascinante. Fue tan buen resultado que la gente ni siquiera entendió lo difícil que era representarlo, porque hacerlo me quebró por completo, tenía pesadillas, caminaba dormida. Fue muy difícil esa actuación.
“Amo al personaje. Fue un rol muy complicado de encontrarla en el medio del balance de una absoluta burbuja, donde tuve que interpretar una persona tan demente como calculadora”, afirma.
Esta película destacó en una época en la que las estrellas del cine eran hombres de acción como Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger o Sylvester Stallone.
“Yo también era una artista con mucho músculo (bromea). Tuve suerte. Cuando me llamaron para Total Recall (El vengador del futuro) trataban de mostrarme muy femenina y eso me mataba. Todos decían que no usara tacones altos porque era más alta que los actores, que no fuera tan agresiva, que no opinara demasiado. Traté todo, pero esa vez no me importó y me fui con pantalones ajustados, un suéter tejido, tacones altos, parecía una gigante vikinga y cuando entré a la sala, Arnold enseguida dijo: ‘Ella es muy buena, es grande, fuerte, me gusta’”.
Sharon fue de las primeras actrices en exigir que le pagaran igual que a los protagonistas de la época.
“Es que yo cobré 500 mil dólares por Bajos instintos y Michael (Douglas) cobró 14 millones de dólares. Cuando pedí que en la siguiente quería cobrar dos millones, me dijeron que las mujeres no ganaban más de un millón. No me pareció para nada justo. Mi padre me aconsejó que esperara y a ver qué pasaba. Dejé pasar un tiempo para volver a trabajar.
“Decidí producir mis propios trabajos, aunque también enfrenté resistencia.
“Ahí también tuve muchas trabas por todo lo que pedía. Para una mujer, todo era muy difícil. Cuando yo quise dirigir, incluso cobrando poco, me dijeron que querían a mujeres dirigiendo cine. Todo eran negativas, afortunadamente ya ha ido cambiando”, comenta satisfecha.
“Actualmente estoy agradecida porque las mujeres tengan trabajo, porque por esa forma de tratar a las mujeres, yo no trabajé por 20 años, entre los 40 y los 60.
“Durante la promoción de Bajos instintos, pude conocer a Faye Dunaway, aunque me habían ordenado que no le hablara, que no me acercara a ella. Y por supuesto no le hice caso a nadie.
“Me acuerdo que vi cuando terminó unas fotos en la playa me acerqué para hablar con ella y pasamos el mejor momento. Me invitó a almorzar y ella misma dijo que yo iba a ser una gran estrella, pero que no quería que me pasara lo que le pasó a ella: que se había ido con el baterista de un grupo de rock y terminó inyectándose heroína. Me dijo, ‘no quiero que ganes un Oscar y te escapes con ningún rockero, así que yo voy a ser tu compañera. Y nada malo te va a pasar”.
“El día del estreno de Bajos instintos nadie de mi familia había podido ir. Y mi única invitada terminó siendo ella, Faye Dunaway. De ella aprendí mis primeros instintos”, finalizó.
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