Trump demanda al New York Times por US$15,000 millones en histórico caso de difamación

Detrás de los titulares, Donald Trump ha decidido llevar su guerra contra lo que califica como "fake news" a otro nivel. El exmandatario estadounidense exige US$15,000 millones al New York Times, cifra que supera incluso el valor total de la empresa editorial. El argumento central: "difamación sistemática" y supuesta coordinación con el Partido Demócrata.

La demanda de 85 páginas, presentada en un tribunal federal de Tampa, incluye acusaciones contra:

• Penguin Random House como co-demandada
• Cuatro periodistas del Times, dos de ellos autores del libro "Lucky Loser: How Donald Trump Squandered His Father’s Fortune"
• Supuestas falsedades sobre negocios familiares

"Se les ha permitido mentir y difamarme durante demasiado tiempo", declaró Trump en su plataforma Truth Social, donde anunció el litigio como un "gran honor". Sin embargo, expertos en Primera Enmienda señalan la aparente estrategia de desgaste más que un fundamento jurídico sólido.

El New York Times, que hasta ahora no ha emitido declaración formal sobre el caso, enfrenta este desafío mientras su editor, AG Sulzberger, advierte sobre el "manual anti-prensa de los aspirantes a hombres fuertes". Horas antes de conocerse la demanda, Sulzberger había llamado a resistir los intentos de "explotar los tribunales para silenciar periodistas" durante un discurso en Nueva York.

Este no es un movimiento aislado. La hoja de ruta legal de Trump incluye:

• Demandas previas contra ABC News y CBS News, que terminaron en acuerdos millonarios
• Un litigio pendiente contra The Wall Street Journal por reportes sobre Jeffrey Epstein
• Histórico de 4,000 acciones legales durante su carrera empresarial y política

Analistas destacan que, para figuras públicas, probar difamación requiere demostrar "malicia real"—que los acusados sabían que la información era falsa. Un obstáculo jurídico que, según abogados consultados, vuelve improbable el éxito de la demanda, pero no sus efectos colaterales en el clima informativo.

Mientras tanto, en las redacciones neoyorquinas, el caso ya se analiza como otro round en la pelea por los límites de la libertad de prensa. Con antecedentes como los acuerdos con Paramount y Disney, la industria periodística observa si esta vez optarán por la batalla judicial prolongada o buscarán un desenlace rápido.

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