Imagine Dragons se reivindica

CDMX

Pasaron cinco años, una pandemia, una hemorragia en las cuerdas vocales, un nódulo en las mismas, una cancelación de tres fechas y una promesa de volver que anoche los Imagine Dragons cumplieron frente a más de 60 mil personas que abarrotaron el Foro Sol en una única fecha en la capital como parte de su gira mundial Mercury World Tour.

Con un video introductorio en blanco y negro, los Imagine Dragons aparecieron en el escenario del Foro Sol 20 minutos después de las nueve de la noche para que las luces naranjas del escenario abrazaran la voz de Dan Reynolds, la guitarra de Wayne Sermon, el bajo de Ben Mckee y las percusiones de Daniel Platzman con My Life, la cual sólo encendió la energía que se vivió con Believer.

“Los amamos, Ciudad de México. Hola México, ha sido mucho tiempo, mucho, pero aquí estamos y ustedes son hermosos. Mi español es muy malo, pero los amo con todo mi corazón. Espero que esta noche pueda liberar todas las emociones que traen, que se diviertan, que lo disfruten, que nos amemos todos. Los amamos, somos los Imagine Dragons de Las Vegas, Nevada”, dijo Reynolds emocionado a sus fans que no paraban de ovacionarlo sólo para darle paso a It’s Time, en la que el vocalista sacó una bandera de México y puso a cantar a sus fans.

La banda originaria de Las Vegas tiene una de las bases de seguidores más leales de la escena, si bien muchos se decepcionaron cuando cancelaron las tres fechas que tenían en el Palacio de los Deportes en noviembre pasado, su única fecha en el Foro Sol se vio abarrotada de adultos que llevaron a sus niños a su primer concierto… y hasta mamás amamantando a sus bebés que usaban sus respectivos audífonos protectores de volumen alto.

Reynolds, quien canceló las presentaciones por motivos de salud que afectaban su voz, se vio completamente recuperado al darle vida a temas como I’m So Sorry —que tuvo un intro de guitarra por parte de Sermon en el que hasta estuvo presente un riff de Black Sabbath— en la que el público coreó cada una de las palabras del vocalista, haciendo una especie de supporting backing voices que le dio una personalidad muy particular al éxito.

El vocalista, ahora sin playera y haciendo gala de su trabajado cuerpo por el ejercicio y sin un sólo tatuaje a la vista, hizo referencia a todos aquellos que fue su primer concierto, hablando con los niños que se encontraban más cerca del escenario. Fue entonces que decidió subir a un chico de 12 años al escenario para cantar algunas frases de Thunder; el afortunado le dio a Reynolds un muñeco del Dr. Simi, el cual el vocalista se puso cerca del corazón.

La energía estaba a tope pero… hay que administrarla, por lo que con un escenario iluminado en aqua y un ritmo más tranquilo, los Imagine Dragons llevaron a su público a un viaje por Birds y Follow You, en la que si bien los adultos disfrutaban de la música, fueron los niños, ese público que no miente con lo que le gusta y lo que no, los más emocionados y prendidos.

Si bien la banda ya tenía en la bolsa a los mexicanos, Reynolds no dudó en afianzarlos cantando Cielito lindo junto a su público. “¿Sí estuvo bien?”, preguntó el vocalista antes de dar voz a Natural y repetir una vez más que amaba a su público.

Y entonces llegó el momento acústico, ese donde la energía se dirige, se concentra, se canaliza en un recuerdo increíble. Imagine Dragons se trasladó a un pequeño escenario alterno, dentro del mismo escenario, donde en versiones acústicas Next To Me, Amsterdam y el cóver de Bob Marley, Three Little Birds, —en la cual sostuvo una manta con la leyenda “Life Always We Living”— vibraron en cada célula de los presentes mientras las luces de los celulares iluminaban el recinto.

I Bet My Life llegó para hacerle la noche a los de las primeras filas que cuando Reynolds, mientras la cantaba, se tomó el tiempo para bajar del escenario a saludarlos de mano y sobre todo acercarse a su público más auténtico: los niños.

De vuelta al escenario principal, los Imagine se preparaban para darle un shot de energía a sus fans que con Whatever It Takes recibieron la primera dosis que los hizo saltar, la cual los preparó para Sharks y Enemy, con la cual el escenario se pintó de rojo y las más de 60 mil personas presentes se declararon enemigos.

Bad Liar arrancó esa emoción a los fans de los dragones haciéndolos cantar a todo pulmón. “Muchas gracias, mi familia, esta canción es para cualquiera que tenga un problema, que se sienta mal, hay mucha gente que se siente así, no están solos, por favor, hablen con alguien, no se lo queden, ábranse, sean vulnerables”, soltó Reynolds antes de que las primeras notas de Demons arrancaran los gritos de la gente que encendió sus celulares iluminando una vez más el lugar.

On The Top Of The World llegó con una carga de globos gigantes en colores rosa, azul y amarillo, que pusieron a saltar al público para hacerlos volar y, aquellos afortunados, poderlos atrapar como un recuerdo de la noche.

Sí, los grandes cantan con los Imagine, pero lo niños en los hombros de sus papás pusieron el ejemplo cuando demostraron que sabían la letra completita de Bones, haciendo saltar a todos para darle la bienvenida a Radioactive, Walking The Wire y cerrar como empezaron, con My Life.

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