La muerte del reconocido actor de Televisa, Andrés García, ha dejado un profundo impacto en el mundo del entretenimiento. Su legado en el cine y la televisión lo catapultó a la fama internacional, pero lamentablemente, sus problemas personales y escándalos también han dejado una huella imborrable en su memoria. Recientemente, su viuda, Margarita Portillo, ha abierto un capítulo desconocido y sorprendente en la vida del protagonista de "Pedro Navaja".
Su lucha contra la adicción a la cocaína. En una reveladora entrevista con Matilde Obregón, la ex esposa de García compartió detalles íntimos sobre el calvario que enfrentó el actor de Televisa, debido a su dependencia de las drogas y el alcohol, una batalla que eventualmente lo llevaría a su trágico final a causa de una severa cirrosis. Portillo describió el difícil trance de cuidar a un Andrés García.
Quién estaba enfermo y al borde de la muerte, seis meses antes de su fallecimiento, había sido diagnosticado con cirrosis. Sin embargo, su comprensión sobre la gravedad de su condición parecía ser limitada, eclipsada por su persistente adicción. El consumo desenfrenado de cocaína exacerbó su enfermedad hepática, llevándolo al borde del abismo y requiriendo hospitalización urgente.
Donde las primeras 72 horas se convirtieron en una angustiante espera por su vida. La viuda relató los momentos de angustia en el hospital, donde la desintoxicación de García se volvió una prueba de supervivencia. La situación era desgarradora, con la incertidumbre de si el querido actor lograría sobrevivir a esta terrible prueba. La violencia de sus arranques, producto de su adicción, agravaba aún más la situación.
Margarita Portillo dice que estuvo en un estado de desesperación y angustia. Finalmente, tras una batalla intensa y apoyo inquebrantable de amigos y seres queridos, García logró salir adelante. Sin embargo, este episodio marcó un punto de inflexión en su vida. Limitado por su frágil estado de salud, el actor ya no pudo continuar con su vida anterior, confinado en casa de Margarita Portillo, alejado de las fiestas y la cocaína.