La icónica actriz Anouk Aimée falleció a los 92 años, dejando un legado imborrable en la historia del cine. Durante más de setenta años de carrera, interpretó a algunas de las mujeres más emblemáticas del séptimo arte, manteniendo siempre la conexión con la realidad. Entre sus roles más memorables se encuentran Magdalena en "La Dolce Vita".
Lola en la película de Jacques Demy, y Anne Gauthier en el romántico clásico "Un hombre y una mujer" de Claude Lelouch. Estas películas son testimonio de una trayectoria que comenzó en 1947, cuando debutó como Nicole Françoise Dreyfus en "La maison sous la mer". Nacida en París de padres de diferentes religiones, Aimée fue enviada al sudoeste de Francia durante la ocupación nazi.
Su carrera despegó tras colaborar con Marcel Carné y alcanzó fama internacional gracias a Federico Fellini, quien la dirigió en "La Dolce Vita" y "Ocho y medio". Además de su talento en la pantalla, Aimée también vivió una vida personal intensa, marcada por matrimonios con figuras como Nikos Papatakis y Albert Finney, y romances con Omar Sharif y Warren Beatty.
En sus ochenta años de carrera, colaboró con destacados directores como Bernardo Bertolucci, Agnès Varda y Robert Altman. Aunque lamentó la falta de propuestas atractivas en sus últimos años, cerró su carrera con una última actuación en "Los mejores años de una vida", dirigida nuevamente por Lelouch. Anouk Aimée, una leyenda del cine deja un legado que perdurará en la memoria de generaciones futuras.