Mónica del Raval, una figura emblemática que cautivó al público con su carisma y estilo único, ha fallecido a los 60 años. Su nombre, sinónimo de autenticidad y rebeldía, resonaba en las calles de Barcelona y más allá.
Mónica, cuyo nombre de pila era Ramona Coronado García, nació en Villamanrique y se mudó a Madrid a los 18 años. La capital española fue un punto de inflexión en su vida, pero Barcelona se convirtió en su hogar definitivo. Fue en el Raval, un barrio vibrante y multicultural, donde encontró su lugar y construyó su legado. Su imagen distintiva, adornada con una corona que se convirtió en su sello personal, la hizo inconfundible.
Su vida, una mezcla de historia y cultura, trascendió las fronteras del Raval. Su aparición en el programa "Callejeros" de Cuatro, en 2012, la catapultó a la fama. La televisión la presentó al país, revelando su singularidad y su profunda conexión con el barrio. Un documental dirigido por Frances Betriu, en 2009, exploró su vida y su estilo, consolidando su lugar en la cultura popular.
A pesar de su prominencia mediática, Mónica se retiró de la esfera pública en 2015. Su vida personal, marcada por la pérdida de su esposo, fue un pilar fundamental en su historia. En el Raval, su legado se palpa en las conversaciones de sus vecinos, en los recuerdos de quienes la conocieron y en las historias que se transmiten de generación en generación.
La noticia de su muerte, confirmada por Samantha Ballantines, concursante del programa Drag Race España, ha generado conmoción en el mundo del espectáculo y entre sus seguidores. La causa de su muerte aún no ha sido revelada, pero su partida deja un vacío que será difícil de llenar.